Varias veces me he referido a la Ciencia Ficción desde estas páginas. Es un género temático que siempre nos sorprende y que, en mi opinión, marcha a la vanguardia de la reflexión respecto de los efectos que el avance científico y tecnológico provocará en la sociedad y, por lógica consecuencia, en las personas que la integran. Lo interesante de esta mirada es que se proyecta al futuro, tal vez muy remoto, pero partiendo de causas que ya están presentes en nuestra sociedad.
Es precisamente este avance científico y tecnológico, así como la evolución de las ideas, la razón por la cual la Ciencia Ficción está constantemente ampliando los temas que trata, integrando nuevas interrogantes y, en cierto modo, dejando atrás otras, pero siempre con el foco puesto en su gran interrogante -no sin temor-, que no es otra que atisbar cómo ese desarrollo de la Ciencia y la Tecnología va a afectar a la humanidad futura.
Aún antes de que pudiera utilizarse la electricidad para el hogar y la industria, cuando era aún una fuerza indomada de la naturaleza, pero cuyos efectos y alcances eran ya previsibles, la notable escritora inglesa, Mary W. Shelley ya proyectaba un uso casi terrorífico con la creación de su entrañable monstruo: Frankenstein.
Tampoco podemos olvidar a otro gran precursor, uno de los más notables, el francés Julio Verne, quien en pleno siglo XIX fue capaz de describir y utilizar en sus novelas aparatos tecnológicos (cohetes, submarinos, automóviles, televisores, etc.) que solo se inventaron bien avanzado el siglo XX. De la misma manera, es ineludible el recuerdo de Herbert George Wells y cómo anticipó luchas y movimientos sociales que ya se incubaban en su tiempo. Ray Bradbury, Isaac Asimov, Ralph Barby, Arthur C. Clarke, Hugo Correa, Jorge Baradit , sólo por nombrar algunos antiguos y contemporáneos, son también notables ejemplos de autores del género.
La Ciencia Ficción es de por sí un mundo literario por derecho propio. Muchas veces en las aulas o en los libros se lo integra dentro del llamado Mundo Fantástico, lo que es un error, pues aunque comparte cierta estructura similar a los relatos de terror (y tambén a los del mundo maravilloso), sus temáticas, las inquietudes que plantea y hasta los ambientes, son muy distintos, por eso llevo años proponiendo englobar estas obras bajo el concepto de Mundo del Futuro.
Por todo lo anteriormente señalado, la literatura de ciencia ficción siempre nos presenta personajes que se enfrentan y debaten en conflictos y situaciones que son trascendentes, incluso para la supervivencia misma del género humano. Es un género en constante evolución y que jamás elude las grandes interrogantes de la humanidad. ¡Qué equivocados estaban esos académicos de la literatura que, faltos de todo juicio literario, enseñaban en las aulas universitarias que la Ciencia Ficción era un género menor. ¡Qué vergüenza el ninguneo que el ambiente literario chileno, crítica y universidad incluida, hizo de nuestro más grande autor: Hugo Correa Márquez a quien el propio Ministerio de Educación de Chile, en una carta infamante, le mencionaba que sus textos no tenían interés para ser leídos por nuestros estudiantes.
Hoy los libros de textos de Lenguaje incluyen siempre referencias a Hugo Correa y se lo lee con interés y deleite por parte de nuestros estudiantes. Pero las grandes preguntas siguen allí: ¿Hay otros mundos? ¿Podemos viajar por el tiempo y el espacio? ¿Es eterna la vida? ¿Existe la sociedad perfecta? Y los autores de Ciencia Ficción nos entregan su respuesta, siempre fundada en lo que sabemos y cómo nos comportamos en la actualidad, proyectada al futuro, a ese remoto Mundo del Futuro.
prof. Benedicto González Vargas
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