miércoles, 8 de mayo de 2019

Extraña dimensión, de Walt G. Dovan

Cada cierto tiempo comento estas pequeñas novelas españolas conocidas popularmente como "novelas de a duro", entre cuyas temáticas más importantes siempre estuvo la Ciencia Ficción. Esta novela, que tiene dos ediciones, una en Toray, en 1970 y firmada como Peter Kapra, y otra en Andina, en 1977, bajo la firma de Walt G. Dovan, ambos pseudónimos de Pedro Guirao Hernández, es un fiel representante de este género novelesco popular que floreció entre las décadas del 60 y 80 y que hasta el día de hoy gusta, se vende y colecciona.

La novela en cuestión nos presenta la historia del joven Joan Castell, fracasado actor que se gasta el poco dinero que tiene y que una tarde, tras una juerga, llega a su apartamento sintiendo que va a morir, lo que efectivamente ocurre. Nadie se percata durante una semana de la muerte del joven, pero al término de ella, despierta y, aunque está frío, no circula la sangre por sus venas y no late su corazón, está vivo. No solo revive, sino que, además, se encuentra con que posee una maleta llena de dinero y un automóvil deportivo de último modelo. En su camino, se cruza con la exitosa modelo y pintora argentina Victoria Juárez, joven, bella e inteligente que se siente atraída por este hombre extraordinario que habla cosas incomprensibles y que parece saber lo que va a ocurrir.

En efecto, una vez que Castell salva al mundo y muere por segunda vez, aunque alcanza a despertar convenientemente antes de su autopsia, la joven pareja puede reunirse, supuestamente, para siempre.

La novela, que nos habla de una terrible y superpoderosa bomba que desataría la III Guerra Mundial y el exterminio del planeta, de soldados que cumplen misiones sin oponerse a las órdenes por absurdas que sean y de otros, que actúan motivados por valores morales más que por las dichas órdenes, no presenta un desarrollo literario demasiado destacable, es más, se deslizan en ella algunas inconsistencias es, sin embargo, bastante entretenida y mantiene el interés de los lectores.

Los tintes esotéricos -otro de los temas que interesaban al autor- se presentan en el personaje llamado Surwa, una supermente cósmica universal y benéfica, que es la que salva de la muerte al joven Castell y le da la misión de salvar al mundo del super artefacto explosivo creado por los Estados Unidos. 

En definitiva, una novela interesante, sin mayores artilugios lingüísticos ni estilísticos que nunca hacen falta para pasar un buen rato de lectura sin mayores pretensiones que la entretención.

prof. Benedicto González Vargas

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