domingo, 12 de mayo de 2019

Sugerencias para implementar la Metacognición en el aula


Desde hace tiempo hemos venido sugiriendo diversas estrategias metacognitivas para implementar en nuestras salas de clases, pero no hemos tenido tiempo aún para hacernos cargo de las opiniones de algunos estudiosos relativos a que la Metacognición sobrecarga los procesos mentales de los estudiantes y que, por lo tanto, es potencialmente perturbadora para el aprendizaje. 


Sin pretender desacreditar la opinión fundada de personas tan notables en el campo investigativo como Nisbet, Davies y Mc Clure, y entendiendo que su comentario es siempre en condicional y, por lo tanto, posible de ocurrir en algunos estudiantes, creo necesario reflexionar respecto del impacto que las estrategias metacognitivas tienen para nuestros alumnos, sugiriendo algunas ideas para impedir que ocurra esa perturbación arriba señalada y que el uso de esta herramienta tan eficaz que es la metacognición sea verdaderamente útil para nuestros estudiantes en toda ocasión que así lo requieran: 

1. Lo primero es asegurarse que estas estrategias puedan ser comprendidas y aplicadas fácilmente. Probablemente, al principio ello vaya unido a una actividad específica, pero poco a poco deben ir convirtiéndose en estrategias de trabajo independientes del contenido. En este sentido, una cierta automatización del hábito es deseable, sin que ello implique, por el contrario, una pérdida en la profundidad de la reflexión. 

2. Para los alumnos que presentan algunos problemas con sus aprendizajes, ya sea en la profundidad o en el ritmo de ellos, es muy útil utilizar aquellas estrategias metamemorísticas que pueden ser aplicadas a partir de la lectura de textos de toda índole. Me refiero a los resúmenes, las secuencias de hechos o ideas, los organizadores gráficos, etc. 

3. Es fundamental fomentar una valoración de las estrategias metacognitivas mostrando lo eficaz que pueden ser para nuestros estudiantes. Por lo anterior recomiendo que dichas estrategias se vayan separando de los contenidos específicos, para que los estudiantes vean su aplicación en diversos ámbitos y temas. 

4. En lo personal, me ha resultado muy útil y ha sido significativo para muchos estudiantes, que mientras ellos hacen un trabajo metacognitivo, yo hago público uno mío propio sobre la planificación, implementación y resultado de alguna clase anterior reciente con ellos mismos. 

5. Para conseguir que los estudiantes entiendan la importancia de la Metacognición y la internalicen debemos crecientemente ir abriendo espacios a una mayor autonomía en términos de seleccionar y aplicar la estrategia que van a utilizar. Un control autónomo de ello se opone a que se mantengan en el tiempo estrategias obligatorias para todos, porque la metacognición lo que hace es reflexionar sobre cómo cada quien aprende y, por lo tanto, algo totalmente individual. 

6. Desarrollar en los alumnos la reflexión sobre cuál, cómo, cuándo y dónde utilizar las estrategias metacognitivas. 

7. No hay que olvidar, en todo caso, que las estrategias metacognitivas, pese a ser personales, se ven reforzadas por el trabajo colaborativo, ya que la enseñanza recíproca es una habilidad social muy necesaria. Nuestras actividades académicas, por lo tanto, deben tender a esa interacción social que es inversamente proporcional a la clase frontal, ordenada y silenciosa, 

8. Finalmente, no debemos olvidar que todas las estrategias metacognitivas deben enseñarse primero antes de su uso y que ellas implican, en diferentes grados, procesos de metamemoria, metacomprensión y autorregulación. Como este es un tema de permanente reflexión y análisis en este sitio, de seguro volveremos pronto a él. 

Prof. Benedicto González Vargas 

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