domingo, 3 de julio de 2022

La leyenda de la olla

 


(versión de Arturo Devia Jorquera)

-Pásame esa olla, pidió el viejo al niño.

- ¡Hup! no puedo levantarla, porque está muy pesada -se quejó el niño.

-¿Cómo? ¡Eres fuerte, muchacho, haz un nuevo empeño!

-No, no la puedo mover..

-¡Jo, jo, jo! -rió el viejo-

Esto me hace recordar cuando anduve cerca de Valdivia.

-No entiendo, interrumpió el niño.

-Te explico, jovencito..., en mi juventud anduve patiperreando por Valdivia.

Allí hay un río grande con flores de todos colores por todas partes y mucha lluvia, un día me interné por la orilla del camino entre los pueblos de Niebla y Curiñanco. ¿Y sabes con qué me encontré?...

Con una olla enorme...

-¿Una olla? -preguntó el niño.

-Sí, muchacho, grande y tan grande como una roca. Entonces quise sacarla. Estuve allí un día, dos, tres,. Me puse flaco, porque no comí y mis fuerzas me abandonaron. Caídesmayado...¡Y la maldita olla, ahí mismo, sin moverse siquiera! Entre sueños, ví aparecer una linda mujer indígena que me dijo con voz suave: "No podrás sacarla nunca de ahí." Y yo le contesté: "¿Por qué? Soy joven. es cuestión de esforzarse." "No -dijo la mujer indígena. Esa olla crecerá siempre y se pegará más a la tierra". La mujer desapareció y yo desperté.



-Unos trabajadores -prosiguió el anciano- me encontraron botado a la orilla del camino. Entonces, ellos me contaron que desde tiempos muy antiguos habían llegado algunos indígenas al lugar. Pidieron una olla prestada. No la devolvieron y la dejaron allí, boca abajo. Se cree que contiene plata adentro. Sin embargo, todos los esfuerzos por querer romperla han sido inútiles. Hasta le han colocado dinamita sin conseguir destruirla.

-¡No puede ser! -exclamó el niño.

-Los mapuches dejaron la olla enterrada boca abajo -repitió el viejo, entre burlón y serio- y hasta ahora sigue creciendo, creciendo, y crereciendo tanto que va triturando a la roca y es por eso que a veces tiembla toda la región de Valdivia...

-¿Tú la viste? ¿Tú trataste de sacarla?

-Sí.

-Pero ¿no lo lograste?

-No, hijo, hay cosas que deben permanecer tal cualñ la naturaleza las ha criado...

Los niños se quedan silenciosos después de escucar "una leyenda" que les narró el anciano. Luego todos quieren manifestar lo que piensan, o lo que han oído sobre las leyendas y otras cosas.

El anciano los deja hablar, escuchándolos complacido. De pronto los interrumpe:

-¡Bien, bien!, jovencitos, ahora ustedes me contarán lo que aprendieron hoy...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Estimado visitante, gracias por detenerte a leer y comentar, en cuanto pueda leeré tu comentario y te responderé.