Un novedoso programa computacional desarrollado por el
profesor Csaba Molnár, de la Universidad Eötvos
Loránd, en Budapest, va camino a convertirse en la herramienta más precisa
para estudiar las comunicaciones entre animales, según ha sido extensamente
publicado en la red. En efecto, uno de los campos más apasionantes de la
informática y la computación es la comunicación entre seres humanos y máquinas,
explorar diferentes posibilidades para que un computador consiga entendernos
cuando le hablamos. Se han dado ya importantes pasos en esta línea de
investigación.
No deja de sorprender, en todo caso, que algunos investigadores
hayan fijado su punto de mira en otro tipo de comunicación: entre perro y
máquina. Los resultados de la investigación, que han sido presentados en la
revista Animal Cognition, sugieren que los perros emiten diferentes signos
acústicos en función de su estado emocional. Según Molnár y sus colegas, sus
investigaciones han demostrado que el software que han desarrollado es capaz de
clasificar los ladridos de un perro en función de diferentes situaciones
cotidianas logrando, incluso, identificar el ladrido de un perro en concreto,
algo que los seres humanos somos casi incapaces de hacer. Detrás de este
proyecto está el interés de Molnár de experimentar la habilidad de un algoritmo
informático para identificar y diferenciar sonidos acústicos del ladrido de los
perros, así como clasificarlos en función de diferentes contextos y animales
individuales.
Para ello, el programa en cuestión ha analizado más de seis mil
ladridos en seis situaciones diferentes: "extraño", "lucha", "paseo", "pelota", "juego" y "a solas". Los ladridos fueron grabados antes de ser transferidos a
un ordenador, donde fueron digitalizados. Los ladridos individuales fueron
codificados, clasificados y evaluados. En el primer experimento, en el que se
buscaba una clasificación según las situaciones, el software fue capaz de
reconocer el ladrido en el 43% de los casos. Los mejores índices de
reconocimiento fueron en la situación de "lucha" y "extraño". Por el contrario,
los índices más bajos fueron para el contexto de "juego".
Estos datos sugieren
que los diferentes estados motivacionales de los perros en contextos sumisos,
amistosos o agresivos resultarían de ladridos acústicamente diferentes. En el
segundo experimento, se trataba de ver en qué grado el algoritmo era capaz de
saber qué perro realizaba qué ladrido. En este caso, clasificó correctamente
los ladridos en el 52% de los casos. Lo que no deja de ser sorprendente,
tratándose de ls primeras pruebas reales a las que se somete el software. En
realidad, se trata de un porcentaje altísimo si pensamos que el ser humano es
totalmente incapaz de discriminar entre el ladrido de los perros. Queda claro,
pues, que hay matices en los ladridos que nuestro oído no puede apreciar. Según
sus autores, este trabajo puede ser de gran ayuda para los dueños y los
adiestradores de perros. "Si podemos encontrar la
característica acústica de un perro que representa cierta emoción, podemos
tener información muy valiosa respecto al bienestar del animal",
comenta Molnár en declaraciones publicadas
por el Daily Telegraph.
Si persisten los logros, este proyecto podría
derivar en el desarrollo de un programa comercializable que sea capaz de "entender" los ladridos, de tal modo que podría ser un interlocutor entre el animal y sus
dueños cuando, por ejemplo, nuestra casa está siendo asaltada por un
desconocido. Lo que ha dejado claro es proyecto es que el uso de algoritmos en
ordenadores avanzados para clasificar y analizar los sonidos de animales abre
nuevas perspectivas para la comprensión de la comunicación animal. De manera
inequívoca, los prometedores resultados sugieren que la informática tiene que
ser seriamente considerada en le campo de la etología y esto abre un desafío a
los científicos que deberán aguzar su creatividad e inventiva para poner a
prueba este programa y encontrarle usos cada vez mayores y más eficientes.
Molnár y su equipo tienen previsto, en un siguiente paso, comparar la manera en
que los perros se comunican, analizando los ladridos de diferentes razas para
llegar a conocer de qué forma han ido variando respecto a, por ejemplo, los
lobos, según estos animales han sido domesticados por el ser humano.
Tal vez,
llegue el día en que compremos unos aparatitos del tamaño de una palm que nos "traduzcan"
cada vez que las mascotas propias o ajenas, nos muevan la cola o nos enseñen
los dientes. Impresionante.
prof. Benedicto González Vargas
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