jueves, 8 de marzo de 2012

Frontera, de Luis Durand

Acabo de terminar de leer esta novela enorme, inmensa, inconmensurable. Y no lo digo en forma despectiva, tampoco lo digo aludiendo a sus más de 400 páginas, sino a la calidad, la intensidad y el estilo épico de esta obra inolvidable. Ambientada en a fines del siglo XIX en la Frontera con el Wallmapu, el país mapuche, en la actual IX Región de Chile, esta novela extraordinaria nos cuenta la historia de Anselmo Mendoza, un rico hacendado que fue forjando a punta de talento, esfuerzo y valentía, una fortuna y una fama de hombre cabal y transparente, recio y esforzado, con quien no se puede jugar con cartas marcadas. La exuberancia del paisaje, la profundidad de los rasgos psicológicos de los personajes y el fino humor del que hace gala el autor van a cada instante, a cada página, sorprendiendo al lector en esta novela que se lee sin pausa y con una emoción e inquietud permanente. Cómo olvidar la delicadeza de Isabel, la pasión de Terencia, la lealtad del lonco Domingo Melín, la gallardía de Belarmino, la agudeza de El Verde, la entrega de Emilia o la franqueza de Adolfina, por solo nombrar a algunos de las decenas de personajes que desfilan por las páginas de Frontera.

Ya antes había leído algunos cuentos de Durand, no me había arriesgado con sus novelas, pero quedé impresionado, entusiasmado, sumergido en ese ambiente rural tan bien retratado y con tan vivos colores.

A quienes han menoscabado la vigencia del criollismo o tratado de minimizar su aporte, vale la pena darles a leer Frontera y conocer a un hombre bien hombre, como el Taita Anselmo. Esta obra es, indudablemente, un clásico de nuestras letras.

Para quienes quieran leerla en formato digital, el sitio Memoria Chilena ofrece el acceso a un PDF de la primera edición, fechada en Santiago en 1949.

prof. Benedicto González Vargas

2 comentarios:

  1. Eduardo Rivas, dice
    9 marzo 2012

    Sin duda Frontera fue una obra muy interesante que permite entender y revivir las emociones vividas por los mapuches y criollos de la época. Nos acerca a la cultura y nos enseña vivazmente como ocurrieron los hechos reales acontecidos en Chile, por lo que aparte de ser una novela divertida y envolvente, también es un aprendizaje para el lector. Quizás en ocasiones uno demasiado detallismo o especificación en el relato, pero sin duda esto ayuda a comprender el contexto historico y la forma de pensar tanto de criollos como de los mapuches.

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    1. prof. Benedicto González Vargas, dice:
      10 marzo 2012

      Efectivamente, la obra pinta de una manera vivaz y realista el ambiente de la frontera en aquellos años. El detallismo descriptivo es propio de la época en que fue escrito y eso, tal vez, espante a algunos lectores poco habituados, pero superar ese mínimo obstáculo es abrir la puerta a una novela impresionante. Gracias, Eduardo, por detenerte a leer y comentar.

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