miércoles, 13 de junio de 2012

¿Queremos o no queremos volar?

En la siempre interesante página de Educación 2020, he encontrado un artículo de Mirentxu Anaya, Directora de Política Educativa de dicha Fundación quien, a propósito del discurso del Presidente Piñera, el pasado 21 de mayo, publicó el siguiente artículo relativo a las polítivas educativas necesarias para implementar una educación de calidad en el sistema educativo público chileno, por el interés de estas opiniones, las reproduzco in extenso: 


"En el discurso del 21 de mayo en materia educativa el presidente Piñera señaló querer "construir un Chile de oportunidades y valores, donde TODOS los chilenos cualquiera sea su origen pueda volar tan alto como sus méritos lo permitan" ¿Estamos cerca o lejos de alcanzar este sueño?
 
La oportunidad para todos de la que se habla requiere de varias medidas.  Una de las más importantes es fortalecer la calidad educativa de los estudiantes más vulnerables. La Educación es el seguro más elemental para evitar la pobreza pues entrega a las personas conocimientos y destrezas que necesitan para tener una vida mejor y más oportunidades en el mundo laboral. Según UNESCO, un año adicional de escolarización incrementa los ingresos  de una persona hasta en un 10%.

En Chile los más vulnerables no están teniendo las mismas oportunidades que el resto de los niños. La brecha entre ricos y pobres en el SIMCE es de 50 puntos, esto refleja que el estudiante vulnerable puede leer, pero no comprende la información que se le presenta y no puede inferir respuestas a partir de lo leído. Estos alumnos que están saliendo del colegio sin entender lo que leen necesitan otra oferta de calidad educativa. El estado debe hacerse cargo de entregar un aprendizaje real, que les sirva a los niños para volar tan alto como anhela el presidente. Ojalá sí que sea "en bandada", con lógicas de colaboración entre los estudiantes y no desde una perspectiva individualista.

Para esto es necesario fortalecer la educación pública en la que están siendo educados la gran mayoría de los niños vulnerables de nuestro país. En el discurso no se dijo nada respecto a la urgencia de rescatarla de la crisis en la que se encuentra y de fortalecerla tanto en su gestión como en su calidad pedagógica. Hoy se entregan fondos de apoyo en dinero pero hay poca regulación de cómo los municipios gastan los recursos adicionales y si los planes de mejora que están diseñando contribuyen realmente al aprendizaje de los niños. La educación municipal necesita un acompañamiento cercano y sólido para mejorar y para no desaparecer.

Las acciones hasta ahora han sido insuficientes para rescatar a la educación pública de la crisis. Desde 1990 al 2011 la matrícula municipal baja de un 57,7% a 39,3%. Hoy en día, municipios como Lo Barnechea, Vitacura, Las Condes, San Miguel y La Cisterna no superan el 15% de matricula municipal.

Los Colegios bicentenarios apuntan a fortalecer la educación pública, pero no podemos conformarnos con 60 colegios. Necesitamos 5700 establecimientos de excelencia para cubrir los colegios públicos de nuestro país y lograr el Chile de oportunidades que queremos. La educación pública nivela la cancha de los más vulnerables pero también construye cohesión social basada en la tolerancia a la diversidad y la capacidad de diálogo que emergen de la interacción entre niños y niñas de diversas condiciones sociales, credos religiosos y visiones ideológicas educados en un mismo espacio pedagógico. Este es el trampolín más potente para el vuelo alto y lejano que queremos para nuestros niños."

Como puede apreciarse, es un interesante punto de vista que debe tomarse en cuenta.
prof. Benedicto González Vargas

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