viernes, 28 de octubre de 2016

En recuerdo de un grande de la cueca: Mario Catalán

Por estos días en la localidad en que tengo mi domicilio, la apacible comuna de Padre Hurtado, se está desarrollando la VIII Feria Costumbrista y por ello los aires padrehurtadinos transportan las melodías de tonadas y cuecas y los aromas de nuestra comida típica. Reflexionando sobre ello, recordé haber leído en la revista La Panera del mes de septiembre, un breve artículo sobre un notable autor cuequero, creador de éxitos como Mi caserita, Desde que vine al mundo y la archi conocida Aló Aló. 

Como saben, me gusta la cueca y por eso me puse a investigar sobre este gran autor olvidado y averigué que junto a su labor artística fue comerciante en La Vega y, según Felipe Solís Poblete, el más completo documentalista de la cueca chilena, fue  "uno de los nexos fundamentales entre la cueca chilenera o urbana, que se cultivaba en los barrios populares, y el mundo de la industria discográfica de los años ’50, ’60 y ’70".  Vale decir, su nombre debiera figurar junto a Nano Núñez y Baucha Araneda como uno de los maestros de la cueca urbana.

Quienes lo conocieron recuerdan su figura imponente, sobre el metro ochenta y sus nunca menos de 130 kilos,poseedor de una personalidad fuerte, divertida y aguda. Era un roto choro y entretenido, sabía tañer los platillos de té, como pocos para acompañar una cueca. Su voz y estilo corresponden al de los cantores de la Vega Central de las décadas del 50 y 60, donde nuestro autor pregonaba con peculiar estilo sus productos, así cantaba Catalán, una voz, casi  grito de alto volumen, tronador y agudo, casi violento, pero a la vez gracioso, festivo, coloquial y muy atractivo de oír.

Había nacido en Antofagasta en 1913, pero vivió muy poco allá, ya que muy niño, en 1920, su madre lo trajo a Santiago y se instalaron en la comuna de Recoleta, donde permaneció toda su vida. El llamado barrio de La Chimba, al lado norte de río Mapocho, fue su patria chica y su entorno, la Vega Central, el río Mapocho, la calle Patronato, fueron sus paseos habituales . Una vez dijo: “A los nueve años me supe ganar la vida en la Vega. Yo era el más entonado para gritar, y ¡qué bonito era mi pregón…! ‘¡La chaucha de ajo caseraaaa!’. Créame que se escuchaba hasta en Recoleta. Fui cuequero desde chico y, como no faltaba a ninguna fiesta, de pobres y ricos, me conocí todos los conventillos de los alrededores”. Muy joven empezó a cantar en las fondas, pues ya en 1935, era número puesto en la fonda La María Chica:  “Me contrataron para que cantara cuecas cuatro días seguidos. Había que tener garganta para hacerlo. Me pagaron treinta pesos diarios. Se cantaba desde las diez de la mañana. Por esa época había muy buenos cantores. Eso si que yo conozco las fondas desde antes: las que se hacían con carreras a la chilena en Villa Moderna. Se armaban conjuntos muy buenos; ahora me acuerdo del panderetista y tañedor, el finao Rosamel; del baterista Juan el Nene; de los cantores el Chute Guillermo, Jorge Abril, el Ñato Tordillo”. 

Pero en  1948 ocurrió su gran encuentro con la pareja folclórica que haría famosa sus cuecas en todo Chile: el  Dúo Rey-Silva, integrado por el arpista Alberto Rey y el guitarrista Sergio Silva. Tres años después estarán grabando las primeras cuecas junto a él. En 1951 se edita su primer disco de 78 rpm, para RCA Víctor, que incluyó las cuecas “Aló, aló”, “Mi caserita”, “Desde que vine al mundo” y “Va atracando barco al muelle”. Allí se notó su estilo chilenero, dando otro matiz al tradicional dúo convertido ahora en trío. En el siguiente archivo, podemos escuchar a estos tres gandes.


A la temprana edad de 66 años, en 1979, y producto de un cáncer, Mario Catalán fallece en Santiago y un impresionante funeral lleno de folcloristas y veguinos lo despedió como se merecía. Un comentario posterior del investigador folclórico Juan Uribe Echeverría, publicado en Las Últimas Noticias, rindió homenaje al que llamó "el rey de la cueca".

En estos días de aires chilenos en mi querido Padre Hurtado, he sentido la necesidad de rendir un pequeño homenaje y recuerdo a Mario Catalán.

prof. Benedicto González Vargas

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Estimado visitante, gracias por detenerte a leer y comentar, en cuanto pueda leeré tu comentario y te responderé.