lunes, 9 de septiembre de 2019

Baldomero Lillo, Padre del realismo social en la literatura chilena


En septiembre, Mes de la Patria, nació uno de los más importantes escritores chilenos, narrador de fuste, Baldomero Lillo (1867 – 1923) es considerado el padre del realismo social en la literatura de nuestro país, pues supo describir y plasmar en sus cuento, los dramas sociales de los obreros de principios del siglo XX, aunque fundamentalmente se refirió a los mineros del carbón, también tuvo espacio en su obra para  dar cuenta del sacrificio de la vida de otros tipos de minería, de campesinos, trabajadores marítimos y trabajadores de ciudad. Indudablemente, se le recuerda por su obra máxima, la colección de cuentos agrupados en Sub Terra (1901), donde nos transmite de manera magistral la vida cotidiana de los trabajadores carboníferos y su familia. En Lota, su ciudad natal y epicentro de la actividad del carbón en Chile, hasta la década del 90, aún se le recuerda en cada lugar, en cada esquina y en todos los sitios donde vivió, trabajó o que sirvieron de escenario a sus obras. Como el mentado Chiflón del diablo, pique minero peligrosísimo, donde fallecieron centenares de mineros, hoy convertido en ícono y atractivo turístico de la ciudad.

Fue allí, en Lota, la pequeña comuna minera donde Baldomero Lillo vivió su infancia, el entorno que lo hizo testigo de primera fuente de las impresionantes y trágicas escenas que el Lillo llevó a sus cuentos. Él mismo no tuvo una vida fácil, muy niño debió dejar sus estudios para ayudar a su pobre familia, desempeñándose como empleado en un pequeño comercio de abastos, propiedad de la propia compañía minera. Felizmente para las letras nacionales, su trabajo en la pulpería  le permitió contacto diario y directo con personas que le contaban su miserable situación y él tuvo el tiempo y el talento suficientes para llevarlos al papel. Lector impenitente, Dostoiewsky, Zolá, Balzac, Dickens, Eca de Queiroz y Maupassant, fueron sus predilectos. Cualquier lector atento se dará cuenta cuánto ellos influyeron en su magnífica obra.

Más tarde, en su adultez, pudo trasladarse a Santiago y hacerse espacio en los círculos literarios tradicionales, su triunfo con el cuento Juan Fariña, le abrió la puerta a revistas literarias, publicaciones y a trabajar en El Mercurio, el periódico más prestigioso del país. Ya en 1907, aparece Sub sole, donde los relatos se refieren a ambientes campesinos y marítimos. Sobre esta producción Vicente Mengod, importante académico y crítico de la época, dice: "Baldomero Lillo, escritor realista, anotó minuciosamente la vida del trabajador de las minas. Sus narraciones, siempre con un gran contenido social, tienen la intensidad de un grito de protesta, cuya resonancia, a pesar de los progresos técnicos, no se ha extinguido. Varios de sus cuentos son documentales. En ellos, el decir escueto y la intención social se armonizan con maestría. Se le considera como el padre del realismo social chileno".

Poco difundidos han sido, sin embargo, otros títulos de este notable autor, todos póstumos, entre ellos, cabe mencionar: Relatos populares (1947), El hallazgo (1956), La hazaña (1959) y Pesquisa trágica (1964). La muerte lo sorprendió investigando sobre la matanza de los mineros de Iquique en la Escuela Santa María, que proyectaba publicar como novela.

A casi cien años de su partida, Baldomero Lillo sigue vigente entre los autores más vendidos y admirados de nuestras letras. Su nombre y textos son recurrentes en las antologías escolares, en los planes lectores de distintos colegios del país, y deben ser pocos los pueblos y ciudades que no tengan una calle y avenida con su nombre.

Sin lugar a dudas un gigante de nuestras letras. En nuestra sección Lecturas inolvidables, hemos publicado los relatos Grisú y El Chiflón del diablo, como permanente homenaje a su talento.  

prof. Benedicto González Vargas

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