domingo, 5 de julio de 2020

El espíritu de los mandalas


Todos conocemos los mandalas, los hemos visto muchísimas veces en nuestra Hermandad Blanca, actualmente, incluso, se han popularizado libros con muchos mandalas sin color que las personas deben colorear. Pero, más allá de lo que habremos escuchado en alguna clase, ¿hemos pensado realmente qué son los mandalas?

Tratemos de aproximarnos brevemente: Los mandalas son representaciones simbólicas del universo, tanto del macro, como del microcosmos. Estructuralmente en ellos el espacio sagrado –el centro del universo– es generalmente representado como un círculo dentro de una forma cuadrangular. En la práctica, los yantra hindúes so lineales, mientras que los mandalas budistas son bastante figurativos a partir de los ejes cardinales, se suelen sectorizar las partes o regiones internas del mandala.

Es en las culturas orientales, de donde se tienen los primeros registros de diseño y uso de los mandalas, estos tienen como objetivo el cese del pensamiento y de la mente, aspirando alcanzar un estado meditativo completo.

Los hindúes fueron los primeros en usar mandalas como un instrumento espiritual, aunque se han popularizado en occidente por los diseños y usos en el budismo.

En Tíbet son conocidos los mandalas de arena, que son complejas representaciones elaboradas por monjes budistas tibetanos como ejercicio espiritual para aprender lecciones sobre el desapego y el fluir universal. Para hacerlos se utiliza arena o piedras trituradas y coloreadas de manera natural.

El diseño del mandala se divide en cuatro cuadrantes y un monje está a cargo de cada uno. Después de días o semanas de completar el diseño (rellenando los espacios con la arena coloreada), el mandala es destruido por los monjes para representar la finitud de todas las cosas. La arena es barrida, guardada en un frasco y lanzada a un río para que vuelva a integrarse a la naturaleza, en el fluir continuo del ciclo de la vida.

Sin embargo, los mandalas no han sido exclusivos del oriente o de una religión en particular, ya que se han encontrado representaciones geométricas similares en otras culturas. Si observamos bien, la mayoría de las culturas posee configuraciones mandálicas, frecuentemente con intención espiritual, está presente en la mandorla (almendra), del arte cristiano medieval, en varios diseños de las baldosas de las iglesias góticas y en los rosetones de las mismas iglesias. Entre las culturas originarias de nuestro continente, se puede apreciar en los diseños del calendario maya y del kultrún mapuche, por solonombrar dos de los ejemplos más conocidos.

Esta universalidad de los mandalas motivó al psiquiatra Carl Gustav Jung a analizarlos y determinar que corresponden a una expresión del inconsciente colectivo en que el individuo se visualiza o figura a sí mismo, como un sujeto interior que contempla lo exterior y busca alcanzar la perfección por medio de un proceso de individualización espiritual.

prof. Benedicto González Vargas
Escrito para la revista Shamballa de Sirio N° 5, de la Hermandad Blanca Misionaria de Luz, de julio 2020

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