miércoles, 15 de julio de 2020

Enseñar a comparar

Comparar es aquella acción en que ponemos un elemento en relación con otros para establecer sus semejanzas y diferencias, lo que eventualmente nos lleva a emitir juicios de valor respecto de ellos. En las actividades de la asignatura de Lenguaje siempre hacemos comparaciones porque esta habilidad es una herramienta útil en el proceso de aprendizaje pues  desencadena en el estudiante, desde un plano psicológico, perfilar la información que cree necesaria explicitar; a partir de lo semejante y de lo distinto entre los elementos comparados, al tiempo que le hace indagar en algo nuevo y reflexionar críticamente en torno de dichas diferencias y similitudes.

Cómo enseñarlo:

para enseñar esta habilidad que es un proceso y un  procedimiento a la vez, sigo -con algunas variantes relacionadas con el tipo de estudiantes de cada curso- las siguientes líneas de acción:

Rol del profesor: 1. Explicar los aspectos esenciales del procedimiento (definición, utilidad, pasos, ejemplos).

2. Mostrar una modelación del procedimiento a partir de elementos visibles en el ambiente físico en que se desarrolla la clase, especialmente si estos elementos son elegidos por los estudiantes (una especie de desafío al profesor).

En relación con los estudiantes, ellos deben: 1. Anotar aquellos contenidos que explicitan el procedimiento. 2. Aquellas explicaciones que surgen de las preguntas de la clase 3. El ejemplo modelado por el profesor 4. Aplicar el procedimiento con ayuda del profesor u otro estudiante 5. Aplicar el procedimiento sin más ayuda que sus apuntes.

Pasos del proceso de comparación:

Lo primero que hago es establecer un propósito para la comparación, luego les indico que deben:

a) Identificar los elementos que se van a comparar.
b) Identificar sus características o atributos.
c) Identificar categorías y/o criterios que servirán de base a la comparación.
d) Señalar semejanzas.
e) Establecer diferencias.
f) Obtener conclusiones.

¿Cómo evalúo estas actividades?

Lo hago a partir de tres consideraciones fundamentales:

1. Cómo aplicó el procedimiento:

a) ¿Identificó claramente los elementos que se esperaban?
b) ¿Identificó claramente las características de los elementos que comparó?
c) ¿Estableció (o utilizó, según sea el caso) adecuadamente las categorías o criterios que sirven de base para la comparación?
d) ¿Estableció el grado en que cada elemento poseía las características?

2. Precisión y efectividad del razonamiento:

a) ¿Seleccionó características apropiadas o importantes para comparar?
b) ¿Evaluó o pondero de buena manera el grado en que los elementos comparados poseían dichas características?
c) (si corresponde) ¿Escogió las categorías o criterios en coherencia con el propósito de la comparación?
d) ¿Formuló conclusiones?
e) Dichas conclusiones ¿son apropiadas y relevantes?

3. Actitudes y valores:

a) ¿Manifestó actitudes de rigor en la realización del proceso?
b) ¿Presentó actitudes de apertura, respeto y tolerancia frente a los hallazgos y aportes de otros compañeros, incluso si son contrarios a los suyos?
c) ¿Mostró solidaridad ante las dificultades de los compañeros?

Estos elementos son los que intento tener siempre a la vista cuando planifico enseñar a comparar a mis estudiantes.

prof. Benedicto González Vargas

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