En efecto, y aunque por mucho tiempo la Psicología se ha centrado en los trastornos de salud mental, lograndes grandes avances en el conocimiento y tratamiento de dichas enfermedades, debemos aceptar que la ausencia de enfermedad no potencia -de por sí- el logro de un estado de felicidad o bienestar, puesto que las personas anhelamos mucho más que no sentirnos enfermos, queremos vivir una vida plena que tenga para nosotros (y también para los demás) sentido.
Martin Seligman, el notable psicólogo, académico y escritor estadounidenes, considera el bienestar como un estado en que las personas alcanzan su florecimiento o, diocho de otro modo, óptimo nivel de desarrollo. Define que los factores clave para lograrlo son:
a) El aumento de las emociones positivas.
b) El cultivo de relaciones sanas y significativas.
c) Abocarse a un propósito o sentido de vida.
d) El desarrollo de fortalezas en actividades de intrínseco valor personal.
e) Poseer un sentido de autoeficacia en los ámbitos que nos importan y
f) El cuidado de la salud física y mental.
Como podemos apreciar, todos estos son factores que podemos cultivar en nosotros mismos y sobre los que podemos tomar decisiones sanas y responsables. Sin lugar a dudas que una mirada espiritual de la vida, favorece -pero no de manera excluyente- el desarrollo de estos factores.
Volveremos prontamente sobre el tema.
prof. Benedicto González Vargas
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