sábado, 8 de enero de 2022

Los cinco grandes desafíos para la educación en Chile, según Nolfa Ibáñez

 

Hace algunos meses, para ser más exacto en agosto de 2021, la docente y académica de la Universidad Matropolitana de Ciencias de la Educación, Nolfa Ibáñez, fue distinguida con el Premio Nacional de Educación por su "aporte significativo al conocimiento y desarrollo de la educación diferencial", premio más que merecido desde hacía ya bastante tiempo y que no pudimos comentar en su momento, pero que hizo justicia a un trabajo académico de investagión y formación de docentes de primera línea y de gran relevancia. 

Pocos días después del otorgamiento del galardón, la profesora Ibáñez fue entrevistada por el diario El Mercurio y señaló los que para ella son los cinco grandes desafíos que debe enfrentar -a la brevedad- Chile en el ámbito educacional. Ellos son:

1. Rendición de cuentas:

La académica señala que se ha enfatizado demasiado en la rendición cuentas y el control olvidando que la Educación se encuentra en el ámbito del desarrollo humano y no de la produción industrial. Considera que se hace mucho énfasis en ello y eso debe modifcarse a través de políticas públicas que cambien esa lógica en el tema educacional. Quiero entender que se trata de una adecuación al justo nivel y equilibrio que se debe tener en este aspecto y no a una desaparición de la responsabilidad docente y el control que debe existir; concuerdo plenamente con ella en que, algunos empleadores municipales del sector público en educación, parecieran centrarse más en el ámbito controlador/punitivo que en el verdadero desarrollo de una educación de calidad en sus establecimientos educacionales, agobiando a los docentes y equipos directivos con trabas en los espacios de planificación y excesiva entrega de informes que dinamitan la libertad docente y, por consecuencia, la creatividad de los estudiantes. Sin embargo, -en mi opinión- el accountability en Educación no puede ser desestimado, pero tampo convertirlo en la principal valoración docente y, mucho menos, que solo los profesores y asistentes educativos lo enfrenten y no con la misma profundidad los miembros de los departamentos y corporaciones municipales de educación.

2. Talento docente:

Otro aspecto que la docente destaca como algo urgente de mejorar es abrir espacios para que el talento y la creatividad docente se expresen en plenitud, que cada comunidad tenga la facultad de decidir cómo llegar a los objetivos de aprendizaje del currículum y evitar así la descontextualización que, en muchos sectores (por razones geográficas, sociales, económicas, étnicas, etc.,) se produce entre los contenidos que estudian los niños y jóvenes y el tipo de vida que es su realidad cotidiana. De más

3. Diversidad:

Un tercer aspecto que a Nolfa Ibáñez le parece relevante es valorar y trabajar en educación con la diversidad, lo que implica entender que las personas  se construyen como tales de acuerdo a cómo viven y a cómo incorporan en esa vivencia las experiencias nuevas. Ello implica reconocer que lo que cada estudiante lleva a la sala de clases es totalmente legítimo y es una tarea pendiente acoger esa diversidad y valorarla, atendiendo a los saberes ancestrales de los pueblos originarios, por ejemplo. La academia -sostiene- debiese incorporar en sus áreas de investigación y construcción de conocimiento la etimología de los pueblos originarios. Señala que hay una enorme riqueza sin aprovechar y que en vez de ser reconocida, hoy se ve opacada por otros saberes dominantes.

4. Otro currículum:

Para Nolfa Ibáñez, la excesiva fragmentación del currículum provoca una cantidad anacrónica de contenidos. Sostiene que la educación debe focalizarse en el desarrollo personal, buscando siempre formar estudiantes autónomos que sean capaces de resolver problemas. Lo más importante es que los estudiantes aprendan a buscar contenidos de manera eficiente para desarrollar la capacidad de resolver problemas de manera autónoma y así no invisibilizar ni obstaculizar el talento y habilidades de los estudiantes.

5. Emociones

Finalmente, la académica considera fundamental que se consideren las emociones de los estudiantes en el proceso educativo. Sostiene que si un estudiante está interesado hará cosas que le faciliten  ampliar sus aprendizajes.  Esas acciones, sostiene, son las que permiten una emoción grata para aprender. Insta también a los docentes a reflexionar cómo estamos realizando este punto en nuestras aulas.

En definitiva, el pensamiento pedagógico de Nolfa Ibáñez incorpora una plena valoración de sus estudiantes con toda la carga de vida, emocional, social y empírica con las que llegan al aula.

prof. Benedicto González Vargas

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