jueves, 6 de enero de 2022

Tongolele no sabía bailar, de Sergio Ramírez

 (por Roberto Careaga C.)

A fines de los 70 fue un guerrillero en el Frente Sandinista de Liberación Nacional, luego, policía en la Nicaragua sandinista y en los 80 se convirtió en detective privado. Por un que no aparecía relevante, descubrió las más oscuras conexiones entre el narcotráfico y el gobierno de Daniel Ortega. Terminó desterrado en Honduras. Pero cuando se entera de que una antigua amante está enferma, el inspector Dolores Morales decide volver a nicaragua: entra clandestinamente para encontrarse con el alzamiento popular  que en 2018 puso en jaque al gobierno de Ortega. Ahí arranca Tongolele no sabía bailar, la última novela de Sergio Ramírez (Masatepe, 1942) y la que originó la orden en su contra por el régimen.

"Todos los cargos son risibles", ha repétido Ramírez, desde que la semana pasada  la fiscalía de Nicaragua ordenó su detención por "lavado de dinero, bienes y activos; menoscabo a la integridad nacional, y provocación, proposicióin y conspiración". En la práctica, la resolución ha dejado al escritor en el exilio : preocupado por la embestida del gobierno de Ortega contra la oposición, que incluye varios candidatos presidenciales detenidos, Ramírez había salido hacía varias semanas del país y, ante la orden judicial, no puede regresar.

"Nicaragua me tiene la puerta cerrada por la mano de una dictadura enemiga de los libros, porque yo no estoy siendo perseguido como dirigente político, que no lo soy. Tengo años de no participar en la política activa del país. dijo ayer en Madrid el novelista, ganador en 2017, del Premio Cervantes. "Estoy siendo perseguido porque escribí una novela que desnuda los atropellos, la violación de los derechos humanos y el asesinato de decenas de jovenes desarmados en las calles de Managua y otras ciudades del país en el año 2018", aseguró en una actividad en el Instituto Cervantes.

La novela de la que habla Ramíres es Tongolele no sabía bailar recién lanzada en España por editorial Alfaguara y, por ahora, disponible en nuestro país en formato digital. Esa es también la única forma de leerla en Nicaragua, pues hace 15 días las copias del libro arribaron a las aduanas de Managua y nunca más salieron: "Es la primera vez en mi vida que un libro mío es prohibido en Nicaragua. Bajo Somoza mis libros nunca fueron prohibidos", contó a la BBC el escritor, que luchó abiertamente contra la dictadura de Anastasio Somoza. Sandinista en los años 70, en 1985 incluso llegó a ser vicepresidente del país mientras Daniel Ortega llegaba a la presidencia. En los 90, Ramírez dejó la políca y se  volcó a la Literatura.

Como Ramírez, el inspector Morales también está desencantado del país y de eso tratan sus historias. "Yo interpreto a través de Morales un desengaño que no es solo mío, sino de toda una generación que ha visto a la revolución no solo envejecer, sino descomponerse y convertirse en un cadáver que huele mal, que está ahí, expuesto al sol", explicó el escritor.

En Tongolele no sabía bailarRamírez retrata las protestas contra Ortega y, sobre todo, perfila su aparato de represión: Tongolele es el apodo de Anastasio Prado, el jefe de seguridad del gobierno nicaragüense, que en esta novela no solo es el enemigo del inspector Morales, sino también de un país que protesta en las calles.

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