El lenguaje se alza como un elemento de gran relevancia en nuestra identidad distintiva. No solo desde una perspectiva general, sino también las diferencias dialectales, etarias, de estrato, etc., pues todas ellas colaboran en generar una huella indeleble que permite reconocer los rasgos que unen y también los que nos diferencian.
El lenguaje es una entidad viva formada por sus hablantes, por eso va cambiando en el tiempo (basta comparar un texto de épocas pasadas con uno actual, para notar cómo palabras y expresiones van evolucionando). Hay palabras nuevas que aparecen, otras que se dejan de usar, muchas veces porque los objetos a los que hacían referencia ya han desaparecido del uso cotidino o se modificaron. Un ejemplo que siempre doy a mis estudiantes es, por ejemplo, la palabra 'badajo'. Hoy en las escuelas ya casi no se usa la campana (instituciuones nuevas casi no la tienen), el timbre reemplazo la campana. Por eso nuestros estudiantes no saben ya lo que es un badajo, no conocen la palabra ni el significado, menos conocen el objeto mismo.
Seguiremos hablando, en lo sucesivo, de la identidad y del lenguaje.
prof. Benedicto González Vargas
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