lunes, 4 de diciembre de 2023

El lenguaje como parte de la identidad

 

La identidad es un componente necesario en nuestra formación individual porque nos ayuda a encontrar nuestra posición en el mundo, nos permite nombrarnos y ser nombrados, reconocernos y ser reconocidos. La identidad de las personas se va configurando a partir de variados y distintos aspectos, entre los que destacan características biológicas, como los rasgos faciales, el color de piel, el cabello, etc. Un segundo aspecto corresponde a las costumbres de carácter cultural como celebraciones familiares o sociales propias del país donde nacimos o habitamos, también las comidas y bebidas propias de esa comunidad forman parte de nuestra propia identidad. Nuestras creencias políticas, religiosas y de cualquier otra ´ndole, también son parte de nuestra identidad. Otro aspecto fundamental y distintivo es nuestro idioma, la forma de hablar, la entonación, la pronunciación, eso que llamamos "el acento". Todos estos aspectos -y otros más- permiten también que nos identifiquemos al reconocer estos rasgos que nos son comunes con quienes están en nuestro entorno.

El lenguaje se alza como un elemento de gran relevancia en nuestra identidad distintiva. No solo desde una perspectiva general, sino también las diferencias dialectales, etarias, de estrato, etc., pues todas ellas colaboran en generar una huella indeleble que permite reconocer los rasgos que unen y también los que nos diferencian.

El lenguaje es una entidad viva formada por sus hablantes, por eso va cambiando en el tiempo (basta comparar un texto de épocas pasadas con uno actual, para notar cómo palabras y expresiones van evolucionando). Hay palabras nuevas que aparecen, otras que se dejan de usar, muchas veces porque los objetos a los que hacían referencia ya han desaparecido del uso cotidino o se modificaron. Un ejemplo que siempre doy a mis estudiantes es, por ejemplo, la palabra 'badajo'. Hoy en las escuelas ya casi no se usa la campana (instituciuones nuevas casi no la tienen), el timbre reemplazo la campana. Por eso nuestros estudiantes no saben ya lo que es un badajo, no conocen la palabra ni el significado, menos conocen el objeto mismo. 

Seguiremos hablando, en lo sucesivo, de la identidad y del lenguaje.

prof. Benedicto González Vargas

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