La
provincia de Talagante, en su mayoría, es un territorio rural donde aún
subsisten vastas áreas de campos con cultivos agrícolas y crianza de animales
de granja. Los lugares en los que se sitúan los poemas, los paisajes
mencionados y descritos, incluso las costumbres y hasta la locomoción rural de
la zona -apodo incluido- aparecen nítidos en la esencia vital de estos poemas.
La
obra, dividida en tres partes: “Cielo entelado”, “Puentecántolas” y “Hojas de
higuera”, parece más bien tres libros reunidos en un solo poemario, ya que cada
uno intensifica ambientes distintos. Cielo entelado, nos habla de la
experiencia y niñez en la casa de la abuela paterna, Puentecántolas,
corresponde a los sueños de la hablante lírico, pero son sueños donde lo
onírico sólo se queda en el nombre, puesto que los versos siguen siendo tan
reconocibles, y diáfanos como si estuviera despierta. Finalmente, en “Hojas de
Higuera”, a partir de la imagen de este árbol (con tanta carga emotiva y
poética, desde Jesús, hasta la inmortal Juana), el paisaje cotidiano va
abriendo paso a una reflexión más íntima, dejando entrever la mirada más profunda
respecto de la realidad, su entorno y proyección, como aprendiendo a ver a
través de las hojas de esa higuera. Sin embargo, pese al hecho de ser tres
libros reunidos en uno, la amalgama es perfecta, se ensamblan completamente y
el poético trío configura un todo coherente en su vuelo poético, en el entorno
que describe y en las imágenes que configura.
En su
conjunto, como ya dije, la obra es profundamente autobiográfica, parte en los
recuerdos de niñez y juventud en la casa de la abuela, sus versos proyectan la
felicidad de aquellos años, van mostrando costumbres campesinas y revelan el
entorno rural en que se anidan los recuerdos. Animales de casa y granja como
gallos, gatos y vacas. Las aves tan comunes en los territorios campesinos, son
poetizados o parte de ese gran poema que es libro. No obstante, hay algo que va
más allá de lo puramente bucólico: el desapego y la presencia de la muerte
también surcan la obra con notable persistencia. De hecho, la expresión “cielo
entelado” es una metáfora de una expresión casi en desuso: “ojos entelados”
que se aplicaba cuando una persona dejaba traslucir en sus ojos la cercanía de
la muerte.
La
mayor parte del poemario se alza como el testimonio de un mundo que retrocede,
aunque la provincia de Talagante sigue siendo muy rural, cada día van
desapareciendo hectáreas y hectáreas de campo compradas por las inmobiliarias
que en meses levantan villas completas, donde los amplios patios de las
antiguas casonas, se cambian por minúsculos espacios de 3 x 3 metros. Cielo entelado no
sólo es el recuerdo vivo y aún reconocible de la esencia de las gentes y
lugares de esta provincia, sino que también el testimonio vivo de lo que pronto
dejará de ser.
Obra
notable, que debe leerse con reposo, para ir palpando, saboreando, gozando y
disfrutando de estos bellos versos, donde no solo está presente el paisaje
actual y pasado de esta zona rural, sino que también hay tiempo para la
reflexión y hasta para el humor (notable el poema dedicado a la “Rompehuesos”,
típica línea de microbús local que recorre toda la provincia).
En
definitiva, Cielo entelado es un poemario vivo, bello y altamente
recomendable.
Para
concluir, dejo algunos dejo algunos versos de este bello poemario para que los
disfruten:
De cielo entelado:
Crianza del desapego
Mi abuela no me enseñó a cocinar pero sí a hacer fuego
y hervir la ropa en un tarro lavandero que me llegaba a
la cintura.
No me enseñó a picar verduras pero sí a plantarlas con
una oración
en la boca abierta de la tierra. Mi abuela María
Mamita Vieja para todos los nietos: mi mami.
Cobraba pensión de viudez menor que la pensión de gracia
ahora solidaria ahora pensión garantizada universal
—mi pensión—.
Aseguraba primero el alimento y la ponedora para sus aves
de corral
luego el saco de harina la grasa de empella y levadura
azúcar sal mate y té de hojas
y su infaltable paquete de cigarros Hilton.
Eran trueque gallinas huevos verduras y frutas de nuestro
huerto
por la doble lista de artículos
imposibles de cubrir con su salario de muerte.
Mi primer trabajo remunerado
fue limpiar un jardín infantil a los catorce años
por las tardes después del liceo.
El pago del mes pagó su queso maduro.
Lo comía a trocitos y lo escondía en un paño
aroma a jabón gringo y agua de manantial.
Los hijos e hijas que trajo al mundo nunca la
abandonaron.
Era reina el día de la madre
el de su nacimiento y el de la Virgen junto a todas las
Marías.
La llenaban de alegría obsequios caricias atuendos.
Todos en torno a ella reunidos.
Abría sus regalos y uno a uno iban saliendo artículos de
lujo
su cajita de carey rosa con los polvos Laurenne
medias gruesas color carne para esconder las várices de
la crianza
su perfume Tabú
un par de aros de oro para iluminar la pobreza.
Mi regalo son poemas a solas con luz de vela.
Me dice que me acueste que ya es tarde
que se me van a entelar los ojos.
Me sigue oyendo escribir estas líneas.
Me habla en sueños.
Nos vamos a dormir abrazadas
porque aún tengo miedo a las sombras
que se pasean por las blancas paredes de adobe.
Mi abuela me crio para acompañar su vejez.
Yo abandoné el hogar a los dieciocho años.
Hermano
¿Amanece también ahora
en su luminosa presencia hermano mío?
¿Amanece?
¿Cómo podría amanecer si solo hay luz?
me dirás moviendo la cabeza
con tu enorme sonrisa.
Tal vez si pudieras también
me abrazarías con tu gran corazón
pegado a mi oreja
haciéndome oír lo que no dicen tus palabras.
Estás en un cielo maravillado y en paz.
Me dicen que el tiempo en ti no transcurre
que eres libre de ir y venir
y descubres esto como un niño.
Las personas que se aman se reencuentran
¿cierto?
Entonces bien. Todo está bien.
Solo quítame esta tristeza de no verte
Solo quítame esta tristeza de no verte
por algún tiempo
por nosotros
por nuestro consuelo.
No nos dejes en el vacío de tu ausencia.
Enséñanos a vivir contigo sin ti
cada día de nuestras vidas.
Yo hablaré del hermano que eras
hasta volvernos a encontrar.
El viaje
Voy viajando a bordo de una micro de color viejo.
Por dentro el camino más corto es la esperanza.
Demoledor el autobús nos comienza a dar
bate bate chocolate unos con otros que ya cae
al suelo quien durmiendo a la orilla
no se puso el cinturón ni se agarró del fierro.
Por la ventana corren las vacas del paisaje.
Les siguen postes de alumbrado público
cercos otoñales gallinas y caballos
todos corriendo en dirección contraria
más rápido que la misma Rompehuesos.
Esta micro se pone cariñosa
al detenerse ronronea. Así cualquiera viaja.
Vengan más Rompehuesos color naranja.
De Puentecántolas:
Sueño 12
Irse
a dormir sin haber tomado sopa no es dormir.
En cada verso una sopa
en cada brócoli un sol
zapallo papa cebolla
cosecha en letra mayor.
Y si todo está muy seco
remojamos el pescuezo
con zumo de cerezos
o agua perra de limón.
De Hojas de higuera:
1
Leo en hojas de higuera:
flor y fruto no son lo que aparentan
capullos de higo
dulzor de su aspereza.
2
El río suave en sus orillas
besa la tierra que lo contiene
penetrándole humedales.
3
Humedal es más que condición
microclima más que sistema.
Hay espíritus naciendo del lodo
como hijos nacidos del amor.
4
Arrasas con tu maquinaria humedales
sembrando espanto y dolor.
Es tu trabajo dices.
La vida
hace lo mismo contigo.
prof. Benedicto González Vargas
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Marion Marion....paseo de piedras al Sur del mundo, soy la niña de tu campo, tambien con mi abuela, dos mas dos, nuestras abuelas...emprendo mi vuelo, tomo tu mano....me siento libre en tu poesia...eres un Alma Grande como tu Cielo...
ResponderEliminarGracias por detenerte a leer y comentar, gracias por este bello y poético comentario. Me hubiera gustado que dejaras tu nombre...o eres Marion? Como sea, hermoso texto. Gracias!
EliminarYo soy Marión.
Eliminar¡Cómo escribirme a mí misma, en un comentario público!.
Sin duda Benedicto, quien escribió ese hermoso comentario también tiene una exquisita sensibilidad. Y parece que, como yo, desconoce el manejo de esta plataforma. No sé como poner mis datos.
Gracias, apreciada Marion, por estar en este espacio que desde hace 20 años viene hablando de libros, poesía y educación. Nuestros lectores agradecerán tu presencia acá en esta sencilla reseña a tu bello poemario. Y respecto de la plataforma, lo hiciste perfecto, siempre se puede escribir el nombre en algún rinconcito del mensaje que queremos dejar. ¡Muchas gracias!
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