miércoles, 14 de febrero de 2024

Coplas por la muerte de su padre, de Jorge Manrique

 

Las Coplas por la muerte de su padre, son la obra más importante de Jorge Manrique, quien fuera hijo de don Rodrigo Manrique, Maestre de la orden de Santiago y perteneciente al linaje de los Lara, una de las más antiguas y prestigiosas familias de Castilla. Habría nacido en Paredes de Nava,  en la actual provincia de Palencia, en 1440 y murió heroicamente en 1479 en la defensa de Isabel la Católica, de quien era fiel partidario. De lo poco que se sabe de él es que fue poeta cortesano y a su vez hombre de armas, pero no hay mucha más información respecto de su persona.

Las Coplas por la Muerte de su Padre es un extenso poema que manifiesta una dolorosa emoción por el fallecimiento de don Rodrigo, el texto es una elegía en la que lamenta la fugacidad de las vidas humanas, la inestabilidad de la fortuna y el poder de igualdad que manifiesta la muerte. Para Jorge Manrique solo la virtud personal es lo único que dpuede desafiar al tiempo y al destino, pues es capaz de permanecer más allá de la muerte. Tras una reflexión filosófica con la esperanza de una vida futura, hace el elogio fúnebre de su padre.

La obra está formada de cuarenta coplas integrada cada una por dos sextillas unidas entre sí, cuyos versos tienen una medida de cuatro sílabas el tercero y el sexto y ocho sílabas los restantes. La rima de estos versos es a, b, c, a, b, c en asonante.

Jorge Manrique habla de tres vidas: la vida eterna, la terrenal y la de la fama. La vida terrenal acaba con la muerte, pero hay una "eterna" y "verdadera" , y otra vida que es la de la fama, que perdura a través del recuerdo y, en cierto modo, vence a la muerte.

El poema es una elegía que se refiere a la muerte y sus consecuencias inevitables, la fugacidad del tiempo y de los bienes terrenos están muy dentro de la tradición medieval. El ubi sunt? Era un tópico común entre moralistas y predicadores, lo mismo que la fortuna. 

Para los investigadores, los planteamientos doctrinales de Manrique no son originales, tampoco la forma métrica que usa, pues ya era conocida en el siglo XIV con otras variantes, pero el aporte personal de Jorge Manrique es su forma de describir a la muerte: respetuosa, cortesana, casi misericorde, que dialoga con don Rodrigo en vez de una muerte agresiva y desafiante con una guadaña al hombro como se la solía caracterizar en las danzas y diálogos populares de la época.

La afirmación de la tercera vida, la de la fama es claramente un rasgo prerrenacentista, al igual que el tema de la fortuna.

Jorge Manrique se manifiesta como un poeta sin alarde de erudición y ostentación, con un estilo sobrio, sereno, sin estridencias. La estrofa está en función de este propósito de contención, de equilibrio y a la vez de sonoridad producida por los versos cortos que producen un ritmo funerario. Manrique expresa sus ideas sin complejidades conceptuales, ni cultismos. Su lenguaje es claro y sencillo, comprencible para cualquier lector.

Sin duda que es una bella obra de fines del medioevo e inicios del Renacimiento. Para ver una copia digital de ella, pinche aquí

prof. Benedicto González Vargas

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