El Decreto Nº 24 de enero de 2005 reglamentó el
procedimiento de constitución y funcionamiento de los consejos escolares en
cada establecimiento educacional que recibe aportes fiscales, sean estos
municipales o particulares subvencionados. Este Consejo, que según el Ministerio de Educación de Chile debe tener,
al menos, un carácter informativo, consultivo y propositivo (pudiendo ser
resolutivo incluso si el sostenedor del establecimiento así lo decide) está
integrado por el director (a) y el sostenedor (a) del colegio, el presidente
(a) del Centro de Padres, el Presidente (a) del Centro de Alumnos, un
representante de los docentes y aún otros miembros, si cada consejo así lo
establece. Según la normativa
publicada el Consejo debe ser informado en las siguientes materias:
a)
Logros de aprendizaje de los alumnos (resultados semestrales y mediciones
externas)
b) Informes de fiscalización del Mineduc.
c) Resultados de los
concursos para llenar cargos docentes, directivos, profesionales y
administrativos.
d) Presupuesto de los ingresos y gastos.
e) informe de ingresos
percibidos.
El Consejo también será consultado en cuanto a:
a) Proyecto
Educativo Institucional.
b) Programa Anual de Actividades Extracurriculares.
Metas del establecimiento y proyectos de mejoras.
c) Informe de gestión
educativa.
d) Elaboración y modificaciones del reglamento interno. Además podrá
ser propositivo en todas aquellas materias en que sea consultado.
Hasta aquí,
sólo me he referido a la letra reglamentaria que cualquiera puede leer en los
documentos del Mineduc. Pero lo que verdaderamente importa es en qué ambitos de
la "cultura escolar" el Consejo debe involucrarse para impulsar una
buena implementación de una educación para el emprendimiento. Por ejemplo, sin
necesidad de entrar en lo curricular, que le está vedado, puede ser propositivo
en lo relativo a los conocimientos, habilidades y actitudes emprendedoras que
debieran fomentarse al interior de las aulas.
En cuanto a lo valórico, su
aporte puede ser enorme porque todo lo relativo a la convivencia escolar, clima
social, trabajo colaborativo, tolerancia, etc., están en la esencia de sus
funciones. Lo que pienso es que pueden convertirse en un motor de desarrollo
creativo dentro de las instituciones educativas que genere liderazgos y encauce
una participación dinámica y propositiva de los estamentos que se vinculan en
el ámbito escolar. Lo peor que puede pasar con los consejos escolares es que
sean una mera sombra de lo que de ellos se espera y que las usansas antiguas,
pesadas y graves de las instituciones educativas los conviertan en una formalidad
sin vida. Cualquier educación para el emprendimiento no puede farrearse un
motor como ese. Es cierto que puede costar hacerlo funcionar al principio,
puede ser un motor de partida lenta, pero les aseguro que tiene energía para
crear una revolución.
Claro, siempre y cuando queramos ser revolucionarios de
verdad.
prof. Benedicto González Vargas
Roberto, dice:
ResponderEliminar16 marzo 2006
Un trabajo muy interesante, no había visto que se relacionaran las ideas emprendedoras con lo del consejo escolar, ¡un buen trabajo!
prof. Benedicto González Vargas, dice:
Eliminar17 marzo 2006
Un trabajo que se hace con cariño, se nota. Gracias, Roberto.