"Para bien o para mal, la irrupción de Jorge Baradit en las librerías chilenas abrió un debate que no termina.
'Es una controversia', puntualiza el escritor cuya Historia secreta de Chile 2, de Editorial Sudamericana, suma dos semanas como el libro de no ficción más vendido en el país. Siguiendo el modelo de la primera entrega, que vendió noventa mil copias, el autor vuelve a presentar un set de crónicas sobre momentos, personajes, misterios y dudas acerca de la historia patria, que escandalizan a puristas y académicos y que, en paralelo, encantan a un público que no suele leer libros de historia.
'Con el primer libro y con este de ahora, hay historiadores a favor y en contra, pero lo importante es que esta controversia ayudó a levantar el tema' dice Baradit.
En junio de este año un grupo de historiadores jóvenes de la UC, irrumpió con una columna titulada Jorge baradit, la apropiación del saber, el protagonismo de las élites y el ninguneo docente. En ella postularon que los libros del autor degradaban 'el trabajo de quienes llevan décadas dedicados al estudio y la enseñanza de la historia y su didáctica'.
Con este ruido de fondo llegó Historia secreta de Chile 2, que en diez días ha superado las diez mil copias vendidas. 'Es inédito', apunta el escritor que además oficia de panelista de Mentiras verdaderas en La Red. 'Yo nunca he ninguneado a un historiador, jamás. En estos dos libros yo presento crónicas y pasajes de la historia desde un punto de vista más humano, herramienta que está permitida en la narración. Por ejemplo, si yo digo que un hombre de más de sesenta años anda en Santiago sin saber que destruyó el Acta de la Independencia en 1973, no estoy afirmando nada, no estoy mintiendo. Lo que hago es una interpretación novelesca de ese momento, pero no miento', dice en referencia al soldado que le quitó el documento histórico a la secretaria del Prseidente Allende, Miria Contreras, cuando ésta intentaba rescatarlo antes del bombardeo a La Moneda.
'La historia tiene puntos de vista. Y yo me baso en opiniones de historiadores, parto desde ahí. Y cada crónica tiene su dinámica de investigación. Desde fuentes primarias, relatos orales y hasta el encuentro que, por ejemplo, conseguí con una nieta de los que murieron en la Matanza del Seguro Obrero', agrega.
-O sea, este libro hay que leerlo como uno de no ficción.
-Por supuesto. Y me gusta que sirva de puerta de entrada para otros libros de historia profundos, de autores a los que quizás no les interesa llegar a lo masivo.
-¿No crees que hay ahí entonces una deuda de los historiadores con las clases menos ilustradas del país?
-He conversado con algunos historiadores que hacen un mea culpa por ser incapaces de llegar a un público masivo, pero quizás es porque ellos no tienen cursos de redacción y al final, quizás no es su obligación como académicos.
-¿Tú esperas que tus libros puedan servir para que los niños estudien en los colegios?
-Sé que hay profesores que los usan para cruzarlos con otros libros de historia. Y eso me honra. Y me pasa que a veces un niño de doce años me dice que al leer el lbro sintió las balas, sintió que estaba en la batalla. Y eso ocurre porque estos libros sirven como una guía que acerca a la gente de manera más emocional a la historia, le da emoción a muchos datos duros y fechas que ya conocemos.
-¿Como por ejemplo?
-Por ejemplo yo fusiono a Pinochet y a O'Higgins en la portada del libro. Hay un paralelismo y en el caso del segundo hay mucha gente que lo odia y lo venera. Y es bueno mostrar todos los lados de O'Higgins, de este hombre que sufrió toda su vida por ser 'guacho' y que cuando fue adulto no reconoció a su hijo. O Portales, que fue más duro que O'Higgins, un déspota que restituye la monarquía y la disfraza de república. Cuando concebí el libr pensé en crónicas de seis páginas, cortas, no con la profundidad de un libro de historia, porque no pretendo ocupar un lugar que no me corresponde. Hasta pensé que fuera un libro con una cantidad de páginas determinadas para que costara menos de diez lucas y que cada crónica se leyera al andar por un par de estaciones de metro".
Hasta aquí la entrevista publicada en La Hora, interesante porque se trata de un escritor que dejó sus temas habituales para adentrarse con éxito en la divulgación histórica y que, con ello, ha conseguido que más gente se interese en la Historia de Chile, y al hacerlo, curiosamente, ha causado el enojo de no pocos historiadores y profesores de Historia.
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