Leonardo da Vinci y las lechugas

Leonardo da Vinci, el gran humanista italiano del Renacimiento (1452 - 1519), es tal vez una de los personajes más polifacéticos de la historia. Se le reconoce como pintor, inventor, filósofo, arquitecto, diseñador, anatomista, científico, escultor, escritor,  iniciado ocultista,  y otra gran cantidad de actividades, pero se sabe muy poco de su gran afición -y talento- en la cocina. Ahora que los chefs están de moda, vale la pena recordarlo.
Entre sus ´varias obligaciones en la corte de Ludovico el Moro, Leonardo era el maestro de banquetes, cuando el noble debía recibir visitas importantes. Entre los cuadernos de Leonardo que han sobrevivido a los años, hay múltiples anotaciones de cocina, pero hoy quiero destacar la iguiente sobre la lechuga.

 

"La lechuga, debido a su gran contenido de humedad, despierta el apetito por otras comidas y en consecuencia, no debe ofrecerse al principio de una comida a menos que vuestra despensa esté bien provista. Si la cocináis en aceite, resultarán beneficiosas para calmar la tos, pueden también utilizarse como laxante; pero si se toma en cantidades excesivas o demasiado a menudo, puede dañar la vista.

(...)  La lechuga es enemiga del insomnio. Si se toma cruda y en buena cantidad antes de ir a dormir, garantiza un buen reposo. Yo mismo, al final de un día fatigoso, hiervo grandes cantidades esa planta de manera que obtengo sus jugos y luego los bebo para asegurarme un sueño sin sobresaltos."

Sobre esta y otras ideas culinarias, el Códex Romanoff recoge los escritos de da Vinci. ¿interesante, no?

prof. Benedicto González Vargas