Como ya he comentado anteriormente, cada año me corresponde enseñar a mis jóvenes estudiantes a disfrutar de la poesía y cada vez es una tarea más difícil. Seguramente el lenguaje poético resulta complicado en tiempos en que los modelos de habla no suelen hacer uso de un lenguaje refinado, la televisión y las redes sociales son la república de la vulgaridad y allí habitan muchos de mis alumnos.
La poesía busca transmitir sentimientos y emociones a través de palabras y para conseguir dicho objetivo el poeta busca sobrepasar los significados, los sonidos y hasta el orden gramatical habitual, todo en beneficio de provocar en el receptor sensaciones únicas y bellas a partir de su forma de ver el mundo.
Una de estas particularidades es la manera en que se utilizan los significados de las palabras, buscando ir siempre más allá de la significación literal para ingresaren los dominios de las figuras retóricas, el sentido figurado, el simbolismo y la connotación (1).
De esta manera la poesía va construyendo belleza a través de la palabra y aunque su invitación a disfrutarla es universal, pocos llegan a penetrar las puertas de su reino inefable.
Nota:
(1) Como todos saben, en las palabras existe un sentido denotativo, que es su significación literal y objetiva (la misma del diccionario) y otro, connotativo, que es figurado y depende del contexto.
prof. Benedicto González Vargas
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