lunes, 17 de diciembre de 2018

Un notable poeta de la antigüedad clásica: Marcial

Permítame recordar hoy a un antiguo y talentoso poeta latino, que bien puede ser reclamado como propio por la literatura española, me refiero a Marco Valerio Marcial, nacido en Bíbilis, cuyo nombre actual es Calatayud, en el año 64 de nuestra era, falleció en 104 en la misma ciudad española. Tan consciente estaba de su valer literario, que escribió:

"Cinco libros son bastante, y seis o siete
demasiado ¿no te parece mi musita loca?
Más fama de la que tengo, ya no puedo tener.
Mis gastadas ediciones ya están en todas partes.
Y cuando ya no exista el Mausoleo de Messala
y los mármoles de Licinio sean polvo,
labios me leerán y extranjeros que no conozco
traducirán estos versos en su patria"

Nuestro autor llegó a la capital del Imperio bajó la protección de Séneca para seguir estudios jurídicos, pero tras el suicidio de su mentor, queda desamparado y muy pobre, lo que lo lleva a tener una vida muy azarosa, a menudo bohemia que, sin embargo, le permitió subsistir. Su habilidad con los versos le permitió hacer nuevas e influyentes amistades que fueron ayudando a que mejorara su situación, entre ellas, cabe destacar a los escritores Plinio el Joven, Silio Itálico, Juvenal, Quintiliano, Canio Rufo y, posteriormente, debido a encendidos y elogiosos versos que les dedicara (interesados, sin duda), a los emperadores Tito y Domiciano, quienes lo recibieron en la corte imperial y le otorgaron un gran don para la época: La exención de impuestos. Sin embargo, Nerva y Trajano, los emperadores que sucedieron a los mencionados, no lo consideraron y volvió a caer en la pobreza, aunque ya no en la miseria. Gracias a una admiradora que le regala una quinta en su ciudad natal, vuelve a Bíbilis a pasar su vejez y a llevar una vida de campo y de letras. En su regreso a España, alcanzó a vivir seis años.

Su obra,  que se conserva casi completa,  alcanzó el número de quince libros de poemas, con prólogo en verso o en prosa, en variados tipos de metro, especialmente  elegiacos, pero también endecasílabos catulianos, hexámetros falecios y yambos catalécticos y unos mil quinientos poemas pertenecientes al subgénero lírico que le ha dado fama hasta el día de hoy:  el epigrama, en el que no tuvo rival en su tiempo, superando incluso a sus antecesores y modelos, como Catulo y tampoco ha tenido demasiados rivales después de él. Sin duda, un gran maestro del epigrama.

Su primer libro fue Liber spectaculorum, compuesto en el año 80, celebra la construcción del Anfiteatro Flavio, actualmente conocido como Coliseo, por el emperador Tito.
Los libros Xenia y  Apophoreta, son dísticos compuestos para los regalos que hacían a los patronos los clientes en la fiesta de las Saturnales. También escribió otros de contenido variado sobre sociedad y temas personales.

La fama de Marcial deriva principalmente de su ingenio satírico; fue un observador  agudo de la sociedad  en la que le tocó vivir pero llama la atención de los críticos modernos su total indiferencia moral. Sus epigramas son, en todo caso, de gran importancia no solo por su valor lírico, sino también documental,   pues  aportan clave para comprender  la sociedad romana de la época, que refleja con particular acierto y vitalidad. Dicen los críticos que en sus epigramas “hace gala de un ingenio agudísimo y de una extrema concisión, que ha hecho a veces considerarlo el primero de los conceptistas españoles; también sabe encontrar hábilmente la parte miserable y oculta de las aparentes grandezas humanas. Los aprovechados, los sinvergüenzas, los degenerados, los hipócritas, la dama semimundana que envejece, el bailarín y toda la comedia humana de la gran metrópoli que era Roma en aquel tiempo aparecen vistosamente atacados y descritos en sus poemas”. 

Conozcamos algunos poemas suyos, partiendo por el texto arriba citado, ahora completo:

"Cinco libros son bastante, y seis o siete
demasiado ¿no te parece mi musita loca?
Más fama de la que tengo, ya no puedo tener.
Mis gastadas ediciones ya están en todas partes.
Y cuando ya no exista el Mausoleo de Messala
y los mármoles de Licinio sean polvo,
labios me leerán y extranjeros que no conozco
traducirán estos versos en su patria"
Dije, y la novena hermanita de las musas,
Talía, la musa del epigrama, me contestó:
"¿Quieres renunciar, tonto, tonto, a la frivolidad?
¿En qué otra cosa mejor ocuparás tu ocio?
¿Deseas cambiar por coturnos tus zapatos,
o cantar a la guerra en sonoros hexámetros
para que te dicte en clases un profesor pedante
y aburras a la adolescente alta y al muchacho?
Deja esos temas a los poetas pesados y clásicos
encorvados hasta medianoche bajo su lámpara.
Pero tú escribe con humor tu poesía romana,
y que la vida me encuentre retratada en ella.
Porque no importa cantar con una débil flauta
si esa flauta se impone a las trompetas de muchos".

Y ahora, algunos de sus epigramas:

"¿Por qué me envías, Pola, estas rosas intactas?
Las habría preferido deshojadas por ti".

¿Por qué no te envío, Pontiliano, mis libros?
Para que no me envíes, Pontiliano, los tuyos.

Recházame, Gala: el amor que no atormenta
aburre; pero, Gala, no me rechaces demasiado.

Tú que frunces el ceño y lees estos poemas de mala gana, ojalá que sientas
envidia de todos, envidioso, y que nadie te envidie a ti.

Y otro famoso poema suyo es el dedicado a su amigo Julio Marcial:

Las cosas que hacen feliz,
amigo Marcial, la vida, 
son: el caudal heredado,
no adquirido con fatiga;
tierra al cultivo no ingrata;
hogar con lumbre continua;
ningún pleito, poca corte;
la mente siempre tranquila;
sobradas fuerzas, salud;
prudencia, pero sencilla;
igualdad en los amigos;
mesa sin arte, exquisita;
noche libre de tristezas;
sin exceso en la bebida;
mujer casta, alegre, y sueño
que acorte la noche fría;
contentarse con su suerte,
sin aspirar a la dicha;
finalmente, no temer
ni anhelar el postrer día.

Interesante y de un fino humor, ¿no les parece?

prof. Benedicto González Vargas

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2 comentarios:

  1. Estos poemas hacen falta en nuestra RL.:sería bueno que volvieras la 191 te espera.
    Fraternalmente.

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    Respuestas
    1. Mi querido e ignoto hermano, la 191 y la Orden, en general, son un anhelo pendiente, pero la situación económica aún no he podido estabilizarla. Ahora mismo estoy en búsqueda de un nuevo empleo, pero espero que las cosas mejoren. Un TAF!

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