jueves, 18 de abril de 2019

Verso por padecimiento, de Benedicto González Vargas

Tuvo Cristo que sufrir
por nosotros los humanos,
crucificado morir
clavado de pies y manos.

Desde que vino a este mundo
estaba predestinado
Nuestro Señor muy amado
en dejar rastro profundo,
y sin temer ni un segundo
ni por su propio vivir,
su obra quiso seguir
y en la deicida ciudad,
por darnos la Eternidad
tuvo Cristo que sufrir.


Estaba Jesús orando,
era la noche en el huerto,
él estaba muy despierto
y los otros dormitando;
los dejó Cristo velando,
pero los sueños profanos
a los apóstoles llanos
encontraron y cansados,
hasta que Él fue apresado
por nosotros los humanos.

Y aquel que lo traicionó,
el que comió el pan con vino,
a su Maestro Divino
con un beso entregó.
Cuando Judas lo besó,
Cristo le vino a decir,
cumple a lo que haz de venir.
Entonces, fue arrestado,
y luego fue sentenciado:
crucificado morir.

Por la noche lo azotaron,
lo coronaron de espinas,
y a sus carnes divinas
sin piedad las maltrataron;
luego, lo obligaron
aquellos hombres insanos
a cargar por sus hermanos
una muy pesada cruz
y allí padeció Jesús,
clavado de pies y manos.


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2 comentarios:

  1. Muchas gracias, precioso!!!
    (Florencia)

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  2. No había visto este comentario, muchas gracias a ti, Florencia, por detenerte a leer y comentar.

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Estimado visitante, gracias por detenerte a leer y comentar, en cuanto pueda leeré tu comentario y te responderé.