Durante varios sías seguidos, Germán Matute tiene unos sueños bastante raros. El primer día sueña que lo sumergen en una olla enorme y lo hacen hervir largos minutos, después lo sacan y ponen bajo un chorro de agua fría, luego le retiran una cáscara dura.
Al día siguiente lo meten en una máquina de moler carne y va saliendo transformado en unos zurullos sanguinolientos.
Al tercer día, el sueño es que un cuchillo de grandes proporciones lo pica en cuadritos, pero éstos, a diferencia de los zurullos son de color blanco cristalino y rezuman un líquido olor a axila.
En la penúltima noche, sueña que lo encierran en un lugar oscuro, son como dos caparazones, sin embargo, la textura de las paredes es blanda y algo grasienta.
Finalmente, lo meten dentro de un lugar donde el calor es insoportable, él transpira copiosamente.
La última noche, no sueña absolutamente nada, pero en la mañana, al despertar, es una gorda, tostadita y apetitosa empanada al horno.
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