Mabel Condemarín
(1931-2004) fue una gran educadora chilena quien, junto a su marido Felipe Alliende, hizo
un gran aporte a la educación chilena e internacional. Siempre vinculada a
temas de lectoescritura, uno de sus programas más importantes fue la
sistematización de un PLSS (Programa de Lectura Silenciosa Sostenida) y que
muchas escuelas practican. Me parece importante señalar las bases teóricas y
prácticas en las que se funda, porque aunque fue presentado hace más de dos
décadas, sigue siendo una importante herramienta para los docentes del área de
lenguaje y literatura.
Lamentablemente, he visto cómo este estupendo programa se
ha implementado a modo de imitación de lo que se ha visto en algún sitio sin
respetar las normas que aseguran su eficiencia. Explicaba nuestra autora que "un PLSS consiste en complementar los
programas de enseñanza regular de los establecimientos educacionales con
momentos de lectura individual silenciosa, con materiales seleccionados por
cada lector, en los que participa toda la comunidad escolar o, al menos, una
parte considerable de ella". Explicaba que, en términos
prácticos, una escuela dedicaba un tiempo especial y exclusivo a la lectura
silenciosa dentro de los horarios de la jornada escolar. En dicho tiempo, los
estudiantes seleccionan su lectura y leen. No hay controles ni ejercicios ni
ninguna evaluación sumativa asociada a la actividad.
Esta descripción puede
llevar a la equivocada idea de que se puede implementar un programa así
fácilmente y sin mayores planificaciones, la propia Mabel Condemarín señaló al
respecto: "Hay muchas maneras informales de realizar
un programa de LSS, pero sus efectos plenos sólo se pueden lograr cuando se
desarrolla en su forma más rigurosa."
¿Y Cuál es esa forma?
Revisémosla:
1. Es un programa:
La actividad debe ser cuidadosamente planificada en relación con los
materiales, horarios, participantes, etc. No puede hacerse ocasionalmente, sino
que debe convertirse en un ejercicio habitual y permanente.
2. Debe ser Lectura Silenciosa:
Una lectura colectiva oral no surte los mismos efectos. La ventaja del silencio
radica en que mejora el comportamiento lector en varias formas: a) Permite que
se lea una gran variedad de textos, de acuerdo a los intereses de los lectores.
b) Significa un esfuerzo menor que permite concentrarse en la comprensión. c)
Elimina tensiones al no haber juicio público de sus habilidades lectoras o de comprensión
(como sí ocurre en la lectura oral pública). d) Permite que el lector respete y
adecue su lectura a sus propios ritmos. e) Acostumbra al estudiante a utilizar
la lectura como método de estudio. f) Elimina mediatizadores externos tales
como pronunciación, altura y timbre de voz, preocupación por el auditorio,
evaluación del docente, etc.) g) Pone en práctica las técnicas de lectura
enseñadas previamente. h) Mejora la Ortografía de palabras usuales al verlas y
leerlas bien escritas en forma permanente.
3. Deben
participar los docentes (u otros adultos del establecimiento) leyendo:
Esto se basa en que gran parte de las conductas se adquieren por imitación de
modelos personales y, sabido es, que los docentes son un modelo importante,
pues están en seguida del modelo que aportan los padres. Las conductas son
complejas, combinan elementos cognoscitivos, motores y afectivos que no pueden
transmitirse con una mera instrucción. Un adulto que lee algo que le interesa,
con una buena postura y atención, es un ejemplo potentísimo superior a
cualquier advertencia o sugerencia. Por eso es necesario que vean leyendo
también, en esas ocasiones, a personal administrativo y directivo.
4. Debe leerse sin interrupciones:
Porque la lectura debe llevarse a un ámbito de mayor profundidad y ésta se
logra cuando la lectura obedece a los intereses del lector y no a una actividad
impuesta. Adquirir una información superficial a través de la lectura, lleva
poco tiempo; pero asimilar la información e integrarla con vivencias personales
requiere de tiempos mayores que no admiten interrupciones.
5. Las lecturas deben ser autoseleccionadas:
a) Porque el provecho es mayor cuando responde a intereses personales. b)
Porque de ese modo se convierte en algo grato y deseado. c) Porque posibilita
una mejor adaptación entre texto y lector. d) Porque se hace realidad el ámbito
de libertad que provoca la lectura.
6. Por qué debe llevarse a
cabo en el Colegio: Porque es el mejor lugar para planificar la
actividad y que no haya ruidos, interrupciones, incomodidades, otras
actividades, falta de iluminación, presencia de personas ajenas al acto de
leer, etc. Sólo los establecimientos educacionales pueden ofrecer un ambiente
adecuado, siempre que se programe bien y esa programación se respete.
7. Los materiales deben ser coherentes y
completos: No sirve que el estudiante se dedique sólo a hojear
diarios y revistas, porque las informaciones se diluyen al ser reemplazadas por
otras distintas. Los materiales deben tener información completa y coherente.
La comprensión se vincula a un desarrollo interior que exige aportes
significativos, enfocados desde distintos puntos de vista, pero nunca
fragmentarios, sino completos.
8. Un PLSS debe entenderse
como un programa complementario y no sustitutivo de lectura. Un programa
regular de desarrollo se diferencia y se complementa con éste en aspectos tales
como: a) Si el Programa de Lectura Regular ejercita la lectura
oral y con ello habilidades de lectura y comprensión, el PLSS, aprovechará y
refprzará lo aprendido en el Programa Regular. b) Si el Programa Regular evalúa
las comprensiones de lectura, tomando mediciones del desarrollo de dichas
habilidades; el PLSS no lohará porque de ese modo potencia la adquisición de
dichas habilidades sin la presión de la calificación. c) Si el programa Regular
está al servicio del aprendizaje de nuevas habilidades lectoras, el PLSS está
al servicio de mejorar las actitudes respecto de la lectura. Vale decir, son
interdependientes, complementarios y nunca excluyentes entre sí.
Es importante
señalar,además, que un PLSS bien realizado es una actividad que busca mejorar
el comportamiento lector respondiendo a los intereses de lectura propios de los
lectores. También que debe responder a una lectura seleccionada "por
gusto" y no tanto a una "por obligación", como podría ser la
lectura de un texto de estudio que será evaluado en esa u otra asignatura.
Puede aceptarse ocasionalmente, pero no siempre.
Finalmente, debe ser una
actividad voluntaria y convencida de parte de los participantes. Conviene,
entonces, entusiasmar a los alumnos con esto y que no lo vean como una
obligación más. Cuesta, porque habrá algunos que busquen aprovechar la
oportunidad para oponerse en la esperanza de quedar libres a esa hora. Pero hay
que entusiasmar y acostumbrar. Sé bien que este Programa es bastante conocido y
aplicado, pero nunca está de más darse una vuelta por sus bases teóricas y
prácticas. Sin duda la enseñanza de nuestra Lengua y Literatura debe a Mabel
Condemarín grandes aportes.
prof. Benedicto González Vargas
Miembro de Atinachile.
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