martes, 26 de junio de 2007

El último viaje de Claudio Giaconi

En Chile siempre se ha dicho que fue un escritor viajero y es que Claudio Giaconi (1927-2007) hizo viaje tras viaje desde 1960 cuando, invitado por el gobierno italiano, viajó a Europa. Recorrió casi todo el Viejo Mundo y luego México y Estados Unidos, llegando a ser profesor en la Universidad de Pittsburg y Redactor Bilingüe en la Agencia UPI. Algunos, por acá, lo llamaban "El Hombre Invisible", debido al tiempo que estuvo alejado de su patria. Hace seis meses, cuando publicó su último libro de poemas, uno de ellos se refería a este apodo. Su nombre, tal vez desconocido para el grueso público es, sin embargo, uno de los más destacados de su generación y se incluye en la lista de los inolvidables gracias a uno de sus libros: La difícil juventud, cuentos que constituyen una especie de obra fundacional de la generación del 50. 

Hombre solitario, un poco obsesionado y algo rebelde, Giaconi poseía una vasta cultura artística y literaria. Gustaba de vestir bien y ya en su juventud tuvo más de alguna zozobra económica debido a las innumerables deudas que tenía con los sastres. También deseaba dejar una huella indeleble en nuestras letras y por ello se había propuesto escribir una meganovela, a la manera del Ulyses, de Joyce, por la que sería recordado siempre. Se iba a llamar "F", pero sus amigos sostienen que en el último tiempo había cambiado el nombre por Vida y Opiniones de mi mamá. Sea cual sea el título que eligiera, la verdad es que la novela nunca se terminó y, al parecer, lo que tenía escrito de ella no parece tener ninguna línea argumental estructurada, quedando, hasta el momento, apenas en algunas ideas poco desarrolladas. 

Es que Giaconi no pensaba morirse como algunos dijeron (1), estaba lleno de proyectos. Quizás habría tomado feliz las maletas para viajar de nuevo, de hecho había dicho que extrañaba mucho Nueva York, pero no estaba en sus planes quedarse dormido para siempre en un quirófano de hospital público en Santiago. Había sido advertido del riesgo vital de la operación, pero a sus casi 80 años, seguía vital como siempre. Había superado graves problemas, una tuberculosis que hace dos años casi lo hizo perder la vida, una aficción a las drogas y al alcohol de la que pudo recuperarse pero de la que no hablaba, "por no sentirse orgulloso", una soledad que a veces lo hacía pensar qué hubiera ocurrido si hubiera formado una familia, si hubiera sido más feliz: "Tal vez sí -reflexiona-, pero yo elegí mi camino. También no estoy tan seguro de que uno elija realmente o está predeterminado a escoger lo que al final le ocurre. La vida se reduce a no estar seguro de nada? 

No nos dejó la gran obra que prometió por años, se fue al viaje final en forma inesperada, pero sus libros nos hablarán por siempre de un escritor inteligente, culto, extraordinario. Títulos como La difícil juventud (cuentos). El Derrumbe de Occidente (poemas) y Etc. (poemas), entre muchos otros, lo hacen un escritor grande e inolvidable. 

Notas: (1) Una editorial de El Mercurio dijo que "volvió para morir en Chile". 

prof. Benedicto González Vargas

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