jueves, 9 de agosto de 2007

¿Qué se entiende por comprensión lectora?

Nuestra pregunta inicial no es sólo retórica. Comúnmente se define a la Comprensión Lectora como "Forma en que el sujeto se relaciona con la lengua escrita. Implica que el sujeto esté familiarizado con los grafonemas, los signos de puntuación y otros signos auxiliares como los asteriscos, los guiones o los paréntesis y su aporte a la claridad de la información. Es también, la apropiación de los significados de un texto mediante el uso del contexto, la predicción, la recapitulación y la jerarquización de la información". (1) o bien, como dice Mabel Condemarín, "como la capacidad para extraer sentido de un texto escrito." (2). Agrega, además, esta autora que dicha capacidad no depende sólo del lector, sino que también del texto, en la medida en que es demasiado abstracto, excesivamente largo, abundante en palabras desconocidas o con estructuras gramaticales demasiado complejas. Este hecho no es menor mirado desde el punto de vista de la Educación porque son los docentes los que, en la mayoría de los casos, eligen los textos que leen los estudiantes. 
La Comprensión de Lectura, por lo tanto, es una reinterpretación significativa y personal de los símbolos verbales impresos que se justifica sólo en la medida en que el lector es capaz de comprender los significados que están a su disposición. Por ejemplo, la lentitud de la lectura de los niños menores (que leen palabra a palabra o a veces sólo sílaba a sílaba) les impide comúnmente entender el sentido de lo que están leyendo. Lo mismo ocurre con estudiantes secundarios o, incluso, universitarios cuando se encuentran con textos de vocabulario difícil (Debo reconocer aquí que, aunque nunca he tenido problemas de comprensión lectora, la primera vez que leí un poema de Góngora, no entendí nada. La segunda vez tampoco). 

Una buena lectura no debe quedarse en la mera comprensión superficial y literal de lo escrito, se debe tratar de profundizar hasta encontrarse con comprensión, incluso, de las intenciones del autor, que a menudo se develan en sus textos. El problema radica en qué hacer para mejorar la comprensión lectora de nuestros estudiantes, especialmente cuando ya son mayores (segundo ciclo básico o secundaria)(3), las siguientes sugerencias, la mayoría tomadas de Mabel Condemarín y Felipe Alliende, (4) las he probado en diversos cursos con problemas de lectura y su eficacia es notable: 

1. Ejercitar permanentemente: Es obvio, pero no siempre se hace. Mientras más lean, mejor lo harán. Indudablemente que es necesario seleccionar textos entretenidos, interesantes y significativos, con vocabulario y estructuras gramaticales acordes con la comprensión de los alumnos. En lo personal, matizo esta sugerencia con lecturas silenciosas y lecturas orales en voz alta, dependiendo las necesidades de los cursos y de la planificación. 

2. Repetir las lecturas: Para ello se debe seleccionar un texto breve, ojalá de alguno mayor que se esté leyendo, pero tomar un capítulo o un par de páginas tan solo. Indicar a los estudiantes que lean y relean hasta que crean comprender a cabalidad el texto seleccionado y luego, cuando se sientan capaces, que lo comuniquen al docente, una breve conversación permitirá que el profesor se dé cuenta si efectivamente o no alcanzó su estudiante niveles adecuados de comprensión lectora. Aquí hay espacio para conversar en conjunto y para establecer monitores que ayuden a sus compañeros de entre los alumnos con mejores índices. 

3. Lecturas simultáneas: Muy común y útil en los cursos de grados menores, tiende a olvidarse en los grados mayores. El profesor o un buen lector leen el texto en voz alta, a ritmo moderado, respetando las pausas, y los estudiantes lo siguen teniendo el texto ante sus ojos. La simultaneidad de la lectura personal y la lectura del guía es un ejercicio que provoca mayor comprensión lectora del texto. 

4. Lectura Eco: Muy poco utilizada, pero eficaz para corregir la lectura y la dicción. Consiste en que un docente o lector guía lee un trozo breve (Una o dos oraciones) y el estudiante repite, asu vez, la lectura en voz alta. De esta manera se transmite un modelo de lectura que, en la medida que se ejercita, se va convirtiendo en un hábito. Esta técnica sólo puede usarse con textos muy cortos, pero significativos. 

5. El Procedimiento REPO: Conocido en lengua inglesa como Cloze, que consiste en entregar un texto de sentido completo en el que se han borrado algunas palabras dejando un espacio en blanco que el alumno debe completar. El ejercicio de buscar la palabra faltante lo hace relacionar el contenido y procesarlo como un todo hasta "adivinar" el término faltante. Hay programas informáticos para educación como el ya comentado anteriormente Hot Potatoes que facilitan mucho la creación de este tipo de ejercicios en soporte digital. 

6. Comentar el texto en conjunto: Esta sugerencia no está dentro de las mencionadas por Condemarín, pero yo la uso con gran éxito. Específicamente utilizo la técnica del SeminarioSocrático que me ha dado estupendos resultados y que, según mis estudiantes, es muy buena para comprender mejor lo leído. En definitiva, quiero decir que hay formas de mejorar la comprensión lectora en los cursos superiores y que es necesario hacerse cargo de ello. Sacarse de una vez de la cabeza la idea de que esto es sólo tarea de los docentes de pre-escolar y de los primeros grados. Esto es tarea de todos.

Notas: 

(1) Definición tomada de la Secretaría de Educación de Guanajuato 
(2) CONDEMARÍN, Mabel y ALLIENDE, Felipe: De la asignatura del Castellano al Área del Lenguaje, Ediciones Dolmen, Santiago de Chile, 1997, página 99. 
(3) En Chile, el segundo ciclo básico abraca los grados 4º a 8º y la Secundaria, 1º a 4º Medio. (4)CONDEMARÍN y ALLIENDE, Op. Cit. 

Nota Especial: La imagen corresponde al óleo "Niño Leyendo", del pintor argentino Eugenio Daneri. 

prof. Benedicto González Vargas 

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