Nuestra pregunta inicial no es sólo retórica.
Comúnmente se define a la Comprensión Lectora como "Forma
en que el sujeto se relaciona con la lengua escrita. Implica que el sujeto esté
familiarizado con los grafonemas, los signos de puntuación y otros signos
auxiliares como los asteriscos, los guiones o los paréntesis y su aporte a la
claridad de la información. Es también, la apropiación de los significados de
un texto mediante el uso del contexto, la predicción, la recapitulación y la
jerarquización de la información". (1) o bien, como dice Mabel Condemarín,
"como la capacidad para extraer sentido de
un texto escrito." (2). Agrega, además, esta autora que
dicha capacidad no depende sólo del lector, sino que también del texto, en la
medida en que es demasiado abstracto, excesivamente largo, abundante en
palabras desconocidas o con estructuras gramaticales demasiado complejas. Este
hecho no es menor mirado desde el punto de vista de la Educación porque son los
docentes los que, en la mayoría de los casos, eligen los textos que leen los
estudiantes.
La Comprensión de Lectura, por lo tanto, es una reinterpretación
significativa y personal de los símbolos verbales impresos que se justifica sólo
en la medida en que el lector es capaz de comprender los significados que están
a su disposición. Por ejemplo, la lentitud de la lectura de los niños menores
(que leen palabra a palabra o a veces sólo sílaba a sílaba) les impide
comúnmente entender el sentido de lo que están leyendo. Lo mismo ocurre con
estudiantes secundarios o, incluso, universitarios cuando se encuentran con
textos de vocabulario difícil (Debo reconocer aquí que, aunque nunca he tenido
problemas de comprensión lectora, la primera vez que leí un poema de Góngora,
no entendí nada. La segunda vez tampoco).
Una buena lectura no debe quedarse en
la mera comprensión superficial y literal de lo escrito, se debe tratar de
profundizar hasta encontrarse con comprensión, incluso, de las intenciones del
autor, que a menudo se develan en sus textos. El problema radica en qué hacer
para mejorar la comprensión lectora de nuestros estudiantes, especialmente
cuando ya son mayores (segundo ciclo básico o secundaria)(3), las siguientes sugerencias,
la mayoría tomadas de Mabel Condemarín y Felipe Alliende, (4) las he probado en diversos
cursos con problemas de lectura y su eficacia es notable:
1. Ejercitar
permanentemente: Es obvio, pero no siempre se hace. Mientras más lean, mejor lo
harán. Indudablemente que es necesario seleccionar textos entretenidos,
interesantes y significativos, con vocabulario y estructuras gramaticales
acordes con la comprensión de los alumnos. En lo personal, matizo esta
sugerencia con lecturas silenciosas y lecturas orales en voz alta, dependiendo
las necesidades de los cursos y de la planificación.
2. Repetir las lecturas:
Para ello se debe seleccionar un texto breve, ojalá de alguno mayor que se esté
leyendo, pero tomar un capítulo o un par de páginas tan solo. Indicar a los
estudiantes que lean y relean hasta que crean comprender a cabalidad el texto
seleccionado y luego, cuando se sientan capaces, que lo comuniquen al docente,
una breve conversación permitirá que el profesor se dé cuenta si efectivamente
o no alcanzó su estudiante niveles adecuados de comprensión lectora. Aquí hay
espacio para conversar en conjunto y para establecer monitores que ayuden a sus
compañeros de entre los alumnos con mejores índices.
3. Lecturas simultáneas:
Muy común y útil en los cursos de grados menores, tiende a olvidarse en los
grados mayores. El profesor o un buen lector leen el texto en voz alta, a ritmo
moderado, respetando las pausas, y los estudiantes lo siguen teniendo el texto
ante sus ojos. La simultaneidad de la lectura personal y la lectura del guía es
un ejercicio que provoca mayor comprensión lectora del texto.
4. Lectura Eco:
Muy poco utilizada, pero eficaz para corregir la lectura y la dicción. Consiste
en que un docente o lector guía lee un trozo breve (Una o dos oraciones) y el
estudiante repite, asu vez, la lectura en voz alta. De esta manera se transmite
un modelo de lectura que, en la medida que se ejercita, se va convirtiendo en
un hábito. Esta técnica sólo puede usarse con textos muy cortos, pero
significativos.
5. El Procedimiento REPO: Conocido en lengua inglesa como
Cloze, que consiste en entregar un texto de sentido completo en el que se han
borrado algunas palabras dejando un espacio en blanco que el alumno debe
completar. El ejercicio de buscar la palabra faltante lo hace relacionar el
contenido y procesarlo como un todo hasta "adivinar" el término
faltante. Hay programas informáticos para educación como el ya comentado
anteriormente Hot
Potatoes que facilitan mucho la creación de este tipo de ejercicios en
soporte digital.
6. Comentar el texto en conjunto: Esta sugerencia no está
dentro de las mencionadas por Condemarín, pero yo la uso con gran éxito.
Específicamente utilizo la técnica del SeminarioSocrático que me ha dado estupendos resultados y que, según mis
estudiantes, es muy buena para comprender mejor lo leído. En definitiva, quiero
decir que hay formas de mejorar la comprensión lectora en los cursos superiores
y que es necesario hacerse cargo de ello. Sacarse de una vez de la cabeza la
idea de que esto es sólo tarea de los docentes de pre-escolar y de los primeros
grados. Esto es tarea de todos.
Notas:
(1) Definición tomada de la Secretaría de
Educación de Guanajuato
(2)
CONDEMARÍN, Mabel y ALLIENDE, Felipe: De la asignatura del Castellano al Área
del Lenguaje, Ediciones Dolmen, Santiago de Chile, 1997, página 99.
(3) En Chile, el segundo ciclo
básico abraca los grados 4º a 8º y la Secundaria, 1º a 4º Medio. (4)CONDEMARÍN y ALLIENDE, Op. Cit.
Nota Especial: La imagen
corresponde al óleo "Niño Leyendo", del pintor argentino Eugenio Daneri.
prof. Benedicto González Vargas
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