(por Diego Sobrino López)
No puedo comenzar a redactar sin antes agradecer profundamente a todos aquellos que con sus votos han considerado a Ciencias Sociales 2º de ESO On Line como el Mejor Blog Educativo del Año 2009,
al resto de participantes por sus magníficos trabajos, y de una manera
muy especial, al Prof. Benedicto González por sus excelentes
iniciativas: todo un ejemplo a seguir.
Desde hace algunos años,
los procesos de enseñanza-aprendizaje se han visto enriquecidos gracias
a la llegada de nuevas herramientas tecnológicas. En efecto, palabras
tan extrañas entonces como "moodle", "wik", "twitter", "blog", "podcast", etc. forman parte hoy día del quehacer cotidiano de muchos docentes, y conviven con los nuevos términos que surgen casi a diario ("streaming", "webcast", "Google Maps", etc.) Pero
¿qué es lo que han aportado estas herramientas, y de un modo particular
los blogs? ¿A qué dificultades nos hemos enfrentado como docentes en
este tiempo? ¿Cuáles son los desafíos que nos plantean en la actualidad?
En el año 2004, Joaquim Prats y J. Miquel Albert destacaban algunas de
las dificultades más significativas en cuanto a la implantación de las
TICs en el aula. Así, aludían al dificultoso seguimiento de la clase,
debido a la necesidad del profesor de acudir de ordenador
en ordenador: seis años después, la progresiva implantación de PDIs en
los centros permite dinámicas de clase mucho más dirigidas, donde las
pautas de trabajo -recogidas en el blog- quedan claras desde el principio.
Igualmente los autores señalaban las complicaciones que suponía evaluar un rendimiento y unos resultados donde los ejercicios, lecturas e itinerarios
no quedaban bien reflejados. Mediante el uso de blogs de aula, hemos
podido comprobar cómo además de motivar extraordinariamente al alumnado,
las tareas de corrección son más sencillas e individualizadas: en vez
de corregir un ejercicio en el propio aula, leyendo dos o tres muestras
del trabajo de los alumnos, la opción "comentarios" del blog permite que
todos introduzcan sus actividades con su clave personal,
que el profesor los pueda corregir globalmente (incluso en su casa), y
que publique tanto las respuestas de sus alumnos como la corrección
final.
En esta línea, este tipo
de actividades on line supone una mejora de ciertas situaciones que
hasta ahora comportaban una merma educativa para el discente: así,
durante el curso pasado, uno
de mis alumnos que no pudo asistir a clases durante diez días, pudo
seguir con normalidad las sesiones de trabajo desde su domicilio,
recibiendo los contenidos trabajados en el aula y realizando a través
del blog las tareas asignadas previamente.
Pero además de este tipo de dificultades en el uso de las TICs, los
autores, en un certero análisis del contexto de aquel momento, ponían
sobre el tablero interrogantes que hasta entonces no habían surgido.
¿Cuál sería el papel del profesor en aquel medio, que en ocasiones se
mostraba tan hostil con quienes pretendían entablar relación con él?
¿Quedaría éste reducido únicamente al de guía de los nuevos procesos de
búsqueda de conocimientos, perdiendo la exclusividad de la emisión y
posesión de contenidos? El tiempo transcurrido nos ha enseñado cómo tras
los temores iniciales, más y más profesores somos conscientes de que
podemos articular el aprendizaje con las nuevas herramientas que se nos
ofrecen, y sobre todo, que nuestro papel sí puede conjugar la misión de
guía del aprendizaje a la vez que emisor de contenidos.
Nuevos formatos digitales, como el que ahora analizamos, permiten la selección de la información adecuada, empleando fuentes
fidedignas para trabajar con el alumno, siempre reflexionando antes y
después de cada actividad en el blog. Sobre este particular,
herramientas como las Webquest alojadas en blogs, sencillísimas de
implementar, son un claro ejemplo de lo anterior; y es que el exceso de información sin un ejercicio de reflexión, síntesis y reformulación personal,
en el que se digiera la información, puede producir "indigestiones" en
el alumno.
Por otra parte, dichos entornos de aprendizaje han modificado
sustancialmente espacios e intensidades de relación entre los miembros
de la comunidad educativa: alumnos que consultan sus dudas en tiempo real
con su profesor, que trabajan en red desde sus casas con sus compañeros
una vez terminada la jornada escolar a través del foro
(y aun más, con compañeros de otros centros y otros continentes);
padres que realizan un seguimiento individualizado de la evolución de
sus hijos en cada asignatura, que cumplen ese secreto sueño "me encantaría ver a mi hij@ por un agujerito, para ver qué es lo que hace en clase";
profesores, en definitiva, que monitorizan de una forma más exhaustiva
el rendimiento de sus alumnos.
Como conclusión, no podemos sino realizar un balance muy positivo de la
implantación de nuestros blogs: tanto las encuestas docentes realizadas a
los alumnos, como el incremento de sus resultados académicos (amén de
los reconocimientos obtenidos),
parecen corroborar lo anterior. Con todo, debemos de realizar un
análisis ponderado y detenernos de vez en cuando en el vertiginoso
proceso de tecnologización de la educación para poder afianzar unos
objetivos y reposicionar otros. Resultan muy sugerentes las palabras de
G. Iturbe, R. López e I. Lorenzo cuando escriben "Herramientas con
posibilidades innovadoras fueron también instrumentos de la vieja
escuela, porque la innovación no está sólo en las herramientas sino, en
gran medida, en la mentalidad del usuario. Ese es el gran reto de
Internet en la actualidad. Puede ser la herramienta que acabe de romper
los moldes de la enseñanza meramente transmisiva, pero también puede ser
un instrumento de tortura o de distracción, una vez pasada la novedad
del primer momento". Veremos.
Pueden ver una muestra de nuestro trabajo en la reseña elaborada por el Instituto de Tecnologías Educativas (Ministerio de Educación)
Diego Sobrino López
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