Me entero en Twitter, vía @ramon3434 de un artículo publicado en la Revista Campus Technology
relativo a una experiencia de juego educativo creado por un profesor
estadounidense, el artículo en cuestión, en una versión mía libre, dice
así:
Un profesor de una
universidad cristiana de artes liberales en Michigan unió los libros de
texto con las redes sociales para que los estudiantes puedan
comprender mejor los acontecimientos históricos.
En efecto, cuando el término red social recién estaba empezando
a circular en la lengua de los directivos escolares y maestros,
Christian Spielvogel ya estaba profundamente inmerso en medio de un
proyecto que combina el concepto junto con los libros de texto
tradicionales.
Era el año 2007, y Spielvogel, un profesor asociado de comunicación en Hope College, en Holland, Michigan, estaba experimentando con la idea de la aplicación de juegos y simulaciones por computador, durante un año sabático que se habíua tomado en la Universidad de Virginia.
Habiendo realizado una intensa investigación en los archivos de memoria
pública de la época de la Guerra Civil, Spielvogel quería desromantizar
la percepción pública del conflicto y crear un mundo más realista, con
la participación de estudiantes secundarios y universitarios, aún
sabiendo que la apuesta sobre esta experiencia de aprendizaje podría resultar arriesgada.
Con el apoyo de la Universidad de Virginia y el financiamiento de la Fundación Nacional para las Humanidades y la Fundación para las Humanidades de Virginia,
el profesor Spielvogel desarrolló una recreación en línea y juegos de
rol multijugador, de hechos que tuvieron lugar durante la Guerra
Civil Americana.
Spielvogel utilizado documentos originales relevantes de los archivos
públicos, que incluían más de 100.000 cartas digitalizadas, diarios y
artículos periodísticos, logró identificar de entre los habitantes de
dos comunidades locales contrarias a 25 de las personas más
interesantes de ese conflicto y utilizó esa información para el
desarrollo integral de bosquejos biográficos que enseñen más a los
estudiantes acerca de cómo eran estas personas, sus características
personales, económicas, de género, raza y religión, tratando de llegar
lo más al fondo de sus personalidades.
La simulación en línea permite a los estudiantes, secundarios y la
universitarios, estudiar el período de la guerra desde la perspectiva
de los antiguos residentes de dos comunidades en conflicto en el Valle
de Shenandoah. Para ello, los estudiantes asumen una de estas 25
diferentes personalidades y luego reaccionan como habrían reaccionado
ellos ante los eventos del conflicto armado en los territorios de
Augusta, Virginia y el Condado de Franklin, Pennsylvania.
Ni lo imaginaba Spielvogel en ese momento, pero su creación se
convertiría en uno de los primeros ejemplos de cómo los juegos de computador pueden ser combinados con éxito con la educación. "En
ese momento, ya había habido algunos esfuerzos realizados para
desarrollar juegos y simulaciones con la mayoría de ellos basados en
modelos de un solo jugador", dijo Spielvogel, "pero la idea de una experiencia multijugador que permite a un grupo para participar en el juego e interactuar en línea seguía siendo bastante nuevo. " y atractivo
para los estudiantes, podemos agregar nosotros.
Sin lugar a dudas, la experiencia del juego en computadores, vinculado a
la Educación, es un tema del queda mucho por experimentar, aprender,
aplicar y comentar. En un par de meses más el CIAE de la Universidad de Chile efectuará un seminario sobre la experiencia relativa a los juegos matemáticos en nuestro país y ahora tenemos un buen ejemplo extranjero en el área de la Historia.
prof. Benedicto Andrés González Vargas
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Rosalía, dice:
ResponderEliminar2 febrero 2011
Es muy interesante saber de esta experiencia ya que los alumnos siempre estan en los juegos inmersos en la internet.
prof. Benedicto González Vargas, dice:
Eliminar3 febrero 2011
Rosalía, es interesante porque los juegos tienen un potencial educativo al que es bueno darle una mirada, no para centrar todos los contenidos en los juegos, sino como una alternativa viable de actividad. Saludos afectuosos, Benedicto Andrés González Vargas