El Poema de Gilgamesh es la obra literaria más antigua de la 
humanidad, escrita en ladrillos de arcilla cocida por allá por el lejano
 siglo VII A.C. y redescubierta entre las ruinas de la biblioteca de 
Arsubanípal en Nínive en el año 1845, desde allí ha fascinado a los 
estudiosos de la literatura y a los lectores que han tenido la 
oportunidad de conocer algunas de las traducciones de esta notable 
epopeya. En dos de sus personajes claves se ha basado el académico de la
 Pontificia Universidad Católica de Chile, Anonio Bentué, para crear su 
propio Gilgamesh, una pieza dramática muy profunda, muy emotiva y de un 
hondo contenido filosófico y espiritual.
Publicada bajo el sello editorial de la Universidad 
Católica en noviembre de 2011, Antonio Bentué reelabora dos momentos 
claves de la tradición literaria súmero acadia, como son el diluvio 
universal, donde el anciano Ut-Napishtim es advertido por la diosa 
Ishtar que vendrá el diluvio universal y debe construir un arca y la 
historia del rey Gilgamesh, quien luego de conocer a Enkidu y 
convertirse en su amigo, ve como éste muere sin que él, con todo su 
poder, logre evitarlo. La búsqueda de una planta para preparar una 
poción de inmortalidad termina en el fracaso debido a la acción de la 
serpiente que frustra los intentos del rey Gilgamesh. Estos momentos, 
que están en la versión literaria antigua, sirven de base para la 
reelaboración que el profesor Bentué hace del mito y, como desde el 
mismo título aclara, el acento temático está puesto en el problema de la
 muerte, situación que afecta a todos los seres humanos y que en el 
inconsciente colectivo es como una amenaza fantasmal, no muy velada, 
temible, ignota, misteriosa y, muchas veces,cruel.
La desesperación por vivir que manifiesta Gilgamesh en
 el drama-tragedia del profesor Bentué es directamente proporcional al 
terror que le provoca la muerte de Enkidu y la certeza de la suya 
propia. Para impedir aquello, desafía  las leyes naturales, a los dioses
 mismos, baja al infierno (otra recurrida, pero siempre interesante 
temática de la tradición literaria universal) en la búsqueda de la 
propia inmortalidad y, creatura trágica, al fin y al cabo, Gilgamesh no 
puede contra su destino y a última hora debe asumir el fracaso de su 
esforzada misión. Fracaso que significa la reafirmación del triunfo de 
la muerte y su misterio.
Es que don Antonio Bentué nos plantea en forma muy 
literaria, pero muy profunda a la vez, que la relación entre el hombre y
 la muerte es de permanente tensión para el primero, puesto que el ser 
humano nunca logra resolver si hay algo más allá de la muerte, por lo 
que solo le queda una esperanza de salvación y vida eterna. Esperanza 
con la cual las religiones y las escuelas mistéricas intentan infundir 
un moderado optimismo de salvación o vida eterna opuesto a la crueldad 
de la nada infinita.
Entre las muchas ideas-reflexiones que propone la 
tragedia de este rey mesopotámico, dejo como muestra las siguientes, 
extraídas del propio texto:“En este mundo, nunca podrá alguien 
“saber” si tras la muerte hay o no un “más allá”. Por lo mismo, al ser 
humano le quedará siempre abierta la posibilidad de creer que lo hay. Y 
así mantener viva la esperanza de salvación frente al riesgo angustiante
 de la nada final. Obviamente ello no excluye la validez de la opción 
contraria de quienes creen que no hay un “más allá” y que aquella 
esperanza convierte al ser humano en una “pasión inútil”. Aun así, quizá
 pueda resultar convincente la intuición de que esa esperanza no es 
vana, sino que remite al fondo verdadero de la realidad”. 
Sin lugar a dudas, este
 Gilgamesh es una obra interesante, muy bien escrita, fuertemente 
enraizada en la tradición literaria occidental, tanto es sus temas, 
motivos, estructura y recursos literarios lo que, lejos de hacerla 
predecible (y con ello tediosa), el talento de su autor consigue una 
reelaboración de gran calidad literaria, de profunda reflexión 
filosófica y de hondo contenido humano.

30 sep 2014
ResponderEliminarLuciano Lima dijo:
Profe se lo mostre a mi abuelo.. dijo que gracias, esta
muy bueno el comentario y que lo felicita porque logro captar el libro.
saludos!
1 oct 2014. Benedicto González Vargas, dijo: Gracias, Luciano, por tu comntario, me gustó mucho el libro, saluda y felicita a tu abuelo, Antonio Bentué, de mi parte.
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