jueves, 26 de diciembre de 2013

Vuelve a leer, ¡Es maravilloso!

En mi vida he leído muchos libros, miles diría yo, y desde hace algunos años, incluso, he empezado a comentar las lecturas que hago.  Dichos comentarios los voy publicando en este blog y los replico en el club de lectura, pero este ejercicio lo llevo desarrollando pocos años y hay muchos libros que leí que no he comentado. Sin embargo, este artículo intenta, más bien, ser una invitación para reencantarte con la lectura, con el placer oculto de ir desentrañando historias que otros han imaginado y que comparten con nosotros

Los libros son entidades de gran paciencia, esperan años, decenas de años que nos decidamos a leerlos y siempre guardan con frescura su contenido. Al fin y al cabo, todos quienes nos hemos familiarizado con los libros, sabemos que algunos han cambiado nuestras vidas o son definitivamente inolvidables.

Por esa razón me cuesta entender a aquellos que dicen no tener tiempo para leer o que reemplazan el inefable mundo de la lectura con la vida audiovisual, interactiva y digital que nos ofrece internet, la que por cierto también me interesa y que no me parece para nada excluyente de la lectura.

Es que la lectura nos entrega no solo el placer estético cuando se trata de ficción, sino que también conocimientos e ideas que pueden influir poderosamente en nuestra formación personal y profesional. La lectura puede ser un agente de cambio, al ser parte fundamental de los procesos educativos.


En cuanto a la lectura de ficción, esa que llamamos literatura, propiamente tal, puedo decir que libera nuestra creatividad al proyectar en nuestro cerebro imágenes de aquello que vamos leyendo, imágenes que dan cuenta del mundo narrado, pero que nunca es igual para todos. Con mis estudiantes suelo hacer un ejercicio de lectura y luego les pido una maqueta del texto leído y en cada estudiante hay un trabajo distinto y todos son perfectos, ninguno igual. Es la magia de la lectura. Es un acicate importante para el desarrollo de la imaginación y, ya sabemos, lo importante que es ésta para el desarrollo de las personas.

Actualmente, sumergidos en una rutina llena ocupaciones e inquietudes, pareciera ser que la lectura va quedando cada vez más muy atrás en la lista de prioridades humanas. Creo que para reencantar a las personas con la lectura, hay que crear un espacio inicial y generar la necesidad de un compromiso que posibilite la práctica de la lectura como una actividad persistente y desarrollada en conciencia.

Para lograrlo, es necesario que la persona que desea volver a retomar el hábito de la lectura, decida en qué momento del día va a leer y de esa manera pueda generar el tiempo necesario para hacerlo. Retomar el hábito de la lectura cotidiana es una acción que no toma un día solamente, sino que semanas. Al analizar nuestras actividades diarias, siempre es posible reconocer si de veras le dimos el tiempo previsto a nuestra lectura.
Al principio de este esfuerzo por reencantarse con la lectura, es necesario elegir textos al alcance de nuestras habilidades, nada demasiado complejo y con una temática que nos resulte cómoda y comprensible (si no te gustan las historias con demasiado detalle, por ejemplo, una obra de género policial no sería recomendable).  Ten siempre en cuenta que leer es un acto especial, un rito, algo que requiere seriedad, dedicación y apertura mental para sorprenderse.

En serio, vuelve a leer, es maravilloso.


prof. Benedicto González Vargas

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