Me entero, por el estupendo blog sobre políticas educacionles que mantiene desde hace más de una década José Joaquín Brunner, que la Iniciativa de Innovación en Educación Global, dirigida por la Escuela de Educación de la Universidad de Harvard y en
la que participan diversas instancias de investigación académica de China, India, Estados Unidos, México,
Singapur y Chile, acaba de dar a conocer un informe que tiene como objetivo analizar las políticas de los países para impulsar una enseñanza que sea relevante para el siglo XXI. Vale decir, investiga respecto de la implementación, en dichos países, de aquellas competencias académicas necesarias para vivir, relacionarse y trabajar en el siglo XXI y de las que tantas veces hemos hablado en este blog.
Se
trata, por lo tanto, de competencias tales como el pensamiento
crítico, la resolución de problemas, el trabajo colaborativo, la iniciativa personal, la autoevaluación y todos aquellos valores, disposiciones y actitudes que son claves para el desarrollo humano integral.
En una primera etapa, el equipo investigador analizó los
currículos nacionales y las políticas educativas de los países
participantes. En concreto, se investigaron los objetivos de la
educación, los currículos y formas de implementación, las reformas
educativas y la formación docente, y se entrevistó a actores clave del sistema en
cada país. Los resultados demostraron que los seis países estudiados –Chile, China, India, México, Singapur y los Estados Unidos–
reconocían que las metas educativas para todos los estudiantes
necesitaban ampliarse y actualizarse. Para ello, diseñaron nuevos marcos curriculares
en respuesta a que las exigencias del mercado laboral y académico superior
están cambiando, y que la participación ciudadana requeriría una
mayor conciencia de complejidad y responsabilidad. Por esta razón fue que los gobiernos de cada país
estudiado efectivamente guiaron o contribuyeron al desarrollo de nuevos marcos curriculares, a través de reformas educativas inspiradas en el trabajo y hgallazgos de organizaciones internacionales públicas y privadas.
En la mayoría de los países analizados, los objetivos
cognitivos siguen predominando, mientras que las competencias
interpersonales e intrapersonales han sido puestas en marcha en menor medida,
aunque con distintos énfasis. Por ejemplo, dice el estudio que "Singapur destaca por su
impulso a la educación basada en valores; el marco curricular en la
India es el más holístico y amplio en términos de sus objetivos;
mientras Estados Unidos y China enfatizan más las habilidades cognitivas
de alto orden en sus estándares curriculares. En algunos casos, las
estratégicas educativas del siglo XXI entraron en conflicto con
estrategias orientadas a objetivos educativos más tradicionales"
Aunque todos los países estudiados tienen mucho en común en cuanto a los objetivos establecidos para sus reformas educativas, sus
métodos para implementarlas son distintos, y la ejecución práctica de estos amplios marcos curriculares sigue
siendo un desafío. En algunos aspectos, las diferencias se centraron en la implementación de políticas, siendo mucho
más dificultosas en los países con sistemas educacionales
descentralizados. En otros, la visión sobre el cambio educativo fue
diferente: mientras en algunos casos (como Estados Unidos y Chile) se ha
enfatizado la medición y el uso de incentivos para hacer responsables a
los maestros y administradores del rendimiento de los estudiantes,
otros (como Singapur) subrayaron el desarrollo de competencias y
capacidades profesionales docentes como base de la innovación.
En el caso específico de Chile, el estudio determinó que las competencias
para el siglo XXI se han intentado incorporar a la enseñanza básica y
media desde la reforma educacional iniciada en la segunda mitad de los
90. Los principales hallazgos indican que, en términos de contenido y
definiciones curriculares, la introducción de las competencias para el
siglo XXI es consistente y coherente con los marcos de referencia internacionales y cubre la totalidad del
sistema educativo; considera a las habilidades del siglo XXI no solo como
principios, sino también como contenidos; permanece abierta a la
redefinición de asignaturas y áreas del conocimiento (a
través de los objetivos transversales), y combina la dimensión cognitiva
(enfatizando el pensamiento crítico y de orden superior) con
habilidades sociales interpersonales (como el trabajo en equipo y la
comunicación asertiva) e intrapersonales (como la curiosidad y la
apreciación por la diversidad). Es decir, las competencias para el siglo
XXI apuntan al desarrollo integral de los estudiantes, aunque con un
predominio de la dimensión cognitiva.
Sin embargo, la implementación de estas competencias en las escuelas y liceos chilenos ha sido inconsistente y dificultosa. Esto parece relacionarse con debilidades en los dispositivos de implementación del currículo en experiencias de aprendizaje,
como los materiales de enseñanza, formación docente, programas de
mejoramiento escolar, y evaluación de estudiantes. Además, la creciente
relevancia de las políticas de rendición de cuentas basadas en pruebas
estandarizadas, como respuesta al bajo desempeño de los estudiantes, ha
resultado en un mayor énfasis en la adquisición de habilidades básicas de lectura y matemáticas, limitando el desarrollo de otras competencias. Por último, dado que el sistema educativo chileno está orientado por el mercado, los
vínculos institucionales entre las autoridades educativas –promotoras
de las reformas‐ y las autoridades escolares –responsables de la gestión
educacional‐ son débiles, lo cual impone dificultades adicionales a la innovación curricular y el mejoramiento escolar en general.
Tenemos entonces que la falta de coherencia entre los propósitos y la implementación
del enfoque de competencias del siglo XXI en la educación primaria y
secundaria explicaría el bajo impacto percibido, y su aplazamiento en
las prioridades educacionales en Chile.
Cabe señalar que la Iniciativa de Innovación en Educación Global, surge en 2013 con
el propósito de investigar de qué modo los sistemas educativos de
distintos países comprenden e implementan una enseñanza que sea
relevante en el siglo XXI, especialmente para aquellos niños y niñas
cuyas oportunidades educativas tradicionalmente han sido limitadas. Esta Iniciativa ha articulado una red de organizaciones de la sociedad
civil que están promoviendo la implementación de una educación integral y
pertinente al mundo contemporáneo.
Entre las áreas y temas que abordan estas iniciativas se cuentan la creatividad, el pensamiento artístico y el diseño; las ciencias, tecnología, matemáticas e ingeniería; la alfabetización cívica, ética y digital; la equidad de género y la educación de las niñas; el aprendizaje socioemocional; la ciudadanía global; la educación ambiental; la salud y el ejercicio; y el emprendimiento y la educación financiera.
Las organizaciones que hacen parte de la red cumplen con las
siguientes características: más allá de su foco principal, enseñan
competencias tanto en el ámbito cognitivo como interpersonal e
intrapersonal; desarrollan una pedagogía innovadora, centrada en los
estudiantes, activa y motivante; y tienen claridad sobre los valores y
actitudes que buscan promover.
Para conocer cuáles son estas organizaciones, visite http://globaled.gse.harvard.edu/21st-century-education-action.
La investigación misma ya ha sido publicada en Chile por Cristián Bellei y Liliana Morawietz (CIAE U. de Chile) en el libro La enseñanza y el aprendizaje para el siglo XXI . Fondo de Cultura Económica, 2016.
Interesante de conocer y discutir, ¿no les parece?
prof. Benedicto González Vargas
La investigación misma ya ha sido publicada en Chile por Cristián Bellei y Liliana Morawietz (CIAE U. de Chile) en el libro La enseñanza y el aprendizaje para el siglo XXI . Fondo de Cultura Económica, 2016.
Interesante de conocer y discutir, ¿no les parece?
prof. Benedicto González Vargas
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