Buscando información sobre dos temas que me interesan muchísimo, la Educación y las neurociencias y sobre ello, Francisco Mora es un reconocido experto. Él, en su libro Neuroeducación (Alianza Editorial, 2015) asegura que
para todo aprendizaje la emoción es esencial, porque
sólo se puede aprender en forma profunda y verdadera aquello que nos agrada, que nos entusiasma, que se ama. algo que signifique verdaderamente algo para la persona que aprende. La premisa es: Sin emoción no hay curiosidad, no hay atención, no hay aprendizaje, no hay memoria.
Mora asegura que “los niños hoy aprenden, desde muy pronto,
conceptos abstractos en habitaciones con ventanales sin mucha luz o luz
artificial, con el rigor y la seriedad de maestros que se aleja de aquel
“juego” primitivo que generaba aprender y memorizar de lo sensorial
directo, “con alegría”, base de la atención y el despertar de la
curiosidad”. Por eso afirma que entender esto desde la perspectiva del funcionamiento del cerebro y usar esa comprensión para enseñar es un principio básico para todo proceso de enseñanza-aprendizaje; vale decir, puede aplicarse desde los primeros cursos pre-escolares, hasta los grados universitario.
Agrega que “la neurociencia cognitiva ya nos indica, a través
del estudio de la actividad de las diferentes áreas del cerebro y sus
funciones que solo puede ser verdaderamente aprendido aquello que te
dice algo. aquello que llama la atención y genera emoción. aquello que
es diferente y sobresale de la monotonía. La atención, ventana del conocimiento, despierta cuando hay algo
nuevo en el entorno. Ese ‘algo nuevo’ apela, como hace millones de años,
a la supervivencia como último significado”.
Es que la atención siempre tiene que ver con algo que puede significar una recompensa o un peligro y
por ello tiene que ver con nuestra propia vida. Sin embargo con el avance de la civilización occidental estos mecanismos naturales en el ser humano se volvieron "tan
abstractos y de tan alto calado social que escapan y se han venido
alejando de las raíces inviolables, genéticas y evolutivas, de aquella
alegría que en su origen significó verdaderamente aprender y memorizar”.
Por eso para poder verdaderamente revitalizar los procesos de enseñanza aprendizaje es necesario tener presente estos descubrimientos y actuar en consecuencia. De hecho hay dos importantes instituciones internacionales dedicadas a la investigación educativa como el Centro de Neurociencia
para la Educación de la Universidad de Cambridge y la International
Mind-Brain and Education Society (y su revista Mind, Brain and
Education).
Sin embargo, como bien sabemos hay aún mucho desconocimiento a nivel docente de estas ideas e investigaciones y algún grado de desconfianza, incluso, hacen que aún prime un tipo de enseñanza academicista y abstracto muy poco vinculado a las emociones de los educandos.
Por eso Mora, respecto de su libro cundo aún estaba en proceso de redacción, señalaba: “Desde esta perspectiva como base se pretende construir
este libro que propongo con el título de Neuroeducación y que tendría un
formato similar al libro ¿Se puede retrasar el envejecimiento del
cerebro?”
Es un tema sin duda interesante del que es necesario seguir conversando.
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