viernes, 14 de abril de 2017

Mirando por el tiempo, por la Ley, de Benedicto González Vargas



Está un hombre agonizando,
en un rústico madero,
y su cuerpo está sangrando,
y su sangre es un reguero.
En la frente tiene espinas
ya teñidas de su sangre,
en lo alto, en la colina,
está su cruz para salvarme.



Voy mirando por el tiempo
sus palabras de agonía,
enviadas en el viento
a Dios Padre, y le decía:
"Perdona, Señor mío
a todas esas gentes,
no saben lo que hacen...
¡son todos inconscientes!"

El pueblo, confundido,
se consume en el abismo
¡Cómo no ha entendido
la misión de Jesucristo!

Está un Dios allá en lo alto
de una cruz de bandoleros,
perdonando, perdonando,
con sus finos labios, pero
esas gentes que se mofan
aún no saben que es su Rey,
que es su Dios, y lo arrojan
a la muerte, "por la Ley"

Voy mirando por el tiempo
y veo un cataclismo,
ha muerto, y un gran viento,
mil rayos y un sismo,
revelan que fue hombre,
que es Dios y que es Rey,
y entonces, lloran "pobres,
lo matamos, por la Ley"

De mi libro El Ángel Viejo

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