miércoles, 15 de enero de 2020

La mala vida, de Paula Jiménez

Los libros de poesía no envejecen, la buena poesía siempre está vigente porque responde a los sentimientos más íntimos del ser humano. Eso me ha pasado con algunos poemas de Paula Jiménez, publicados en  La mala vida, libro que inició su peregrinaje poético en una edición de 2007 que no he tenido el placer de leer completo, pues no ha llegado a Chile. Sin embargo, Leonor Silvestri publicó hace ya algunos años una crítica sobre este poemario que quiero compartir con Uds.


LO QUE NO SE DICE
(por Leonor Silvestri) (1)

El nuevo libro de Paula Jiménez se llama La mala vida y ese nombre junto a la potente cita del poeta maldito francés Antonin Artaud (Soy el único juez lo que está en mí), pone al lector sobre aviso acerca de lo que aquí se encontrará. No es el típico libro que el mandato dicta que una mujer debe escribir: ni las señoritas del amor, ni las intelectuales posmodernas. Paula Jiménez escribe como mujer, acerca del lugar de la mujer y sus interlocutores, en la larga cadena de participantes en la adicción a las drogas, pero sin un sesgo de moralina, compasión o descanso.

El proyecto tácito de La mala vida parece ser hacer poesía y hablar poesía con lo que no se dice y no se habla, a través de poemas que dejan sin aire:

"no vas a ser mío si te pasa algo, el forro está entero...No digo palabra. Desde acá
te veo ir hasta el baño, arrojar los residuos
en el tacho y abrir una canilla
oxidada, escucho caer el agua todavía
que hace diez años te lavo las manos"

El lector desciende a un submundo con sus historias más truculentas y fascinantes de dealers mujeres bolivianas, bebés disecados de droga, policía mafiosa, aguantaderos y todo su sutil trasfondo político y social de abandono y desesperación  de aquellos, incluso, que parte de la sociedad tilda, aún hoy, como "criminales" y divide las aguas entre unos y otros:

"Algunos se van de vacaciones y se traen
tardecitas en la playa de recuerdo...
Yo quería
comprar un perrito en la frontera y vino un tipo
con un pibe a upa. Me lo ofreció también
por unos mangos..."

El texto poético es narrativo y minimalista, sin metáforas, despejado de toda torpe adjetivación que oculte o modalice. Los 18 poemas de este breve libro dejan actuar sus historias a través de los cortes de verso que hieren como navajas con su realidad.

la mala vida ni condena ni contiene, ni reprime ni explicita de más:

"casi llegamos a tener
lo que queríamos, una vida al revés
de los demás, pero era igual"

Y allí radica una de las mayores originalidades de este contundente texto que, con la fuerza de sus palabras, se hará seguramente un lugar entre los libros de culto en la Argentina.

Hasta aquí el comentario crítico de Leonor Silvestri, yo solo agrego que, en cuanto encuentre un ejemplar y lo lea completo (deberé ir a Argentina, seguramente), publicaré mi propio comentario..

Nota:

(1) Publicado en Ñ 16.06.07

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