sábado, 11 de enero de 2020

Largo viaje, de Patricio Kaulén

Estrenada el 7 de agosto de 1967, hace ya largos 52 años y medio, Largo viaje es una película fundamental en la historia del cine chileno. Heredera de la estética e imágenes del neorrealismo italiano nos muestra, junto a la historia principal, la vida de tantas personas anónimas, pobres, con muchas carencias sociales que, aunque viven en verdaderos guetos dentro de la ciudad y se desplazan por ésta, son invisibles para quienes tienen un poco mejor pasar socioeconómico.

Largo Viaje nos cuenta la historia de un niño pobre que espera con ansias la llegada de su hermanito. Su madre, próxima a dar a luz, no deja hasta el último minuto de trabajar en pesadas tareas de hogar y cuando llega la hora del parto, el niño solo vive unos pocos minutos. La cinta, posteriormente, da cuenta de una tradición ya olvidada, pero que fue muy fuerte e importante en nuestro país: el velatorio del angelito. Dicho evento consistía en velar a un niño fallecido sentado en una silla sobre una mesa y con alas de papel que señalan su condición angélica, mientras se canta y se baila, se come y se bebe, en su honor. Agreguemos que la propia Violeta Parra fue, en su época, activa participante de estas ceremonias y hay composiciones suyas que aluden a ella. 

Cuando termina la celebración (es fuerte llamar así a un funeral infantil), el padre construye un ataúd con un cajón de frutas y aborda un micro para llegar al cementerio, pero pronto debe bajarse pues "el bultito", no es permitido en el viaje. Luego de caminar a pie por sectores céntricos, como la plaza de Armas y la Vega, termina su viaje transportado en una carreta tirada por un caballo pues un humilde trabajador le ofrece llevarlo. Por su parte, al despertar el niño en su casa y ver que las alas han quedado abandonadas y sabiendo que su hermanito no podrá llegar al cielo sin ellas, corre por las calles capitalinas tratando de encontrar a su hermano, esto nos permite conocer ese  Santiago desaparecido de la década del 60, con antiguos locales y marcas comerciales, con vehículos del 40 y del 50 y con personajes de toda índole que conforman el imaginario social de entonces, siempre invisible a la mirada de los pudientes. Así vamos viendo a falsos ciegos, estafadores, prostitutas, predicadores evangélicos (falsos y reales), trabajadores de la vega, floristas de la pérgola, carabineros, apostadores, pandilleros, asaltantes, etc. Una verdadera historia social y un gran recorrido por nuestra capital sesentera.

Largo Viaje es, sin lugar a dudas una película necesaria de conocer para valorar la belleza fotográfica del filme, el documento social que se constituye a partir de sus imágenes y la profunda sencillez de su historia, plena de sentimientos y emotividad. La cineteca nacional tiene una copia on line que puede verse aquí.

Supongo que aquellos espectadores acostumbrados a los trucos técnicos del cine moderno pueden sentirse incómodos con las formas, tecnología y estética cinematográfica chilena de la época, pero si dejamos de lado esos reparos, nos encontramos con una historia bella y sublime, conmovedora y triste. Hoy, después de más de 30 años sin verla, la busqué en mi videoteca, la vi y comparto con ustedes mi impresión.

prof. Benedicto González Vargas

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