lunes, 13 de enero de 2020

La atención en el proceso de aprendizaje

Como sabemos, el aprendizaje es el proceso por el cual adquirimos una determinada información y la almacenamos para utilizarla posteriormente cuando sea necesario. Dicha información puede usarse de manera mental (recordando un concepto o un acontecimiento) o de forma instrumental (en la realización de una tarea). En cualquier caso el aprendizaje implica que la información se almacene de tal manera en nuestro cerebro que luego pueda ser recuperada cuando se le requiera. En el proceso de aprendizaje hay cuatro elementos fundamentales:

a) Motivación.
b) Memoria.
c) Comunicación y
d) Atención.

La atención es un pilar fundamental del aprendizaje


Estamos inmersos en un mundo que está repleto de estímulos de toda índole, nuestra atención nos permite estar alerta a todos ellos.


El ser humano oscila en dos estados atencionales: Foco cerrado y Foco abierto.

El funcionamiento de la atención:


En la atención intervienen varias áreas y núcleos del cerebro. Según nuestros intereses (motivación, afecto), lo que va a influir decisivamente en la operatividad de nuestra atención.


Mediante los sistemas que nuestro cerebro posee para regular la atención, los objetos y acontecimientos externos (visuales, auditivos, etc.) primero evocan o llaman nuestra atención haciendo que nos orientemos hacia algo concreto y nos desentendamos de los demás estímulos para recibir de mejor manera el mensaje que nos interesa.

En una segunda fase, si el acontecimiento o mensaje continúan o consideramos que vale la pena seguir recibiéndolos, ponemos de nuestra parte y mantenemos la atención, de no ser así, empezaremos a distraernos.

La distracción

Cuando la falta de interés, la disminución de ésta o el surgimiento de algún foco más atractivo se interponen entre la comunicación de la clase y nosotros, la atención decae o desaparece. Cmo docentes, vemos que esto ocurre frecuentemente con nuestros estudiantes escolares. Hay factores objetivos y subjetivos que interfieren en este fenómeno, ellos son:

Factores subjetivos. Desinterés personal, inexperiencia ante el contenido, falta de vocabulario, sentir que la exigencia es alta para las capacidades personales (1), problemas (familiares y/o personales), convalecencia, falta de hábitos de estudio (2).

Factores objetivos: Clases aburridas, monótonas, no desafiantes. Saturación de tareas o actividades académicas, infraestructura ineficiente, mala distribución de los tiempos.

Los adolescentes y la atención

Es difícil educar y enseñar a los adolescentes. Sus intereses suelen estar puestos en actividades que están fuera de la sala de clases. La distracción, tanto interna como externa, subjetiva y objetiva, alcanza puntos elevados en los jóvenes, que se manifiesta a veces en hiperactividad; otras, en somnolencia y fatiga, lo que contribuye a su falta de atención y, en ocasiones, a abiertas actitudes de rechazo a la formación escolar.

En definitiva, podemos concluir que la atención no es un estado, es una actitud pendular en que nuestra mente está filtrando estímulos para concentrarnos en los que nos interesan. Nuestras vías sensoriales (visual, auditiva y kinestésica), nos ayudan a dirigir esa atención y será labor de los docentes estar atentos a estas condiciones y actuar en consecuencia. 

Notas:

(1) A menudo tiene que ver más con una baja autoestima académica que con un real problema de aprendizaje.

(2) La falta de hábitos de estudio suele estar vinculada a una permanente falta de rigor de los padres en la formación de los mismos. 

prof. Benedicto González Vargas

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