Acabo de leer esta
novela entretenidísima de Yady Campo (Táchira, Venezuela, 1977) que viene
avalada por el Premio Internacional de Narrativa Ignacio Manuel Altamirano, que
otorga la Universidad Autónoma del Estado de México, obtenido en 2018. La obra,
escrita con estilo ágil y ameno, no se detiene en demasiadas descripciones ni
de lugares, ni de personas, lo justo y necesario solamente, sí dedica, en
cambio, mucho espacio a recoger el diálogo directo de los personajes, lo
que aporta agilidad, frescura, humor y un tono desenfadado que deja atrás
convenciones estilísticas para adentrarse en el habla común y cotidiana de las
personas, aportando con ello a los lectores una innegable autenticidad e
identificación.
La
obra que nos hace oyentes privilegiados de las conversaciones de María del
Carmen, la protagonista, y su mejor amiga, Rosaura, va develando cómo llegan a
la conclusión que un distinguido médico, el dr. Bianchi, es en realidad un
asesino serial cuyas víctimas son homosexuales que buscan cambiar su género. El
dr. Bianchi es dueño de una reputada clínica dedicada, precisamente, a todo
tipo de problemas de índole sexual, incluidas las operaciones de cambio de
sexo. Él es, además, el jefe y profesor de María del Carmen, quien se encuentra
en su primer año de internado de Sexología y con la ilusión de convertirse en
la mejor sexóloga del país, para tener ella también fama y dinero, es el sueño
que esta provinciana tachirense trae al afincarse en Caracas.
La
novela transcurre entre las conversaciones de Mariíta con su amiga,
quien también tiene su sueño: busca ser una reconocida escritora y de cuyas
alocadas historias hay más de un ejemplo en la novela, con lenguaje
irreverente, abordan situaciones cotidianas que las personas no queremos
revelar, en un tono jocoso, exagerado y deslenguado, lindando con la
vulgaridad, pero sin cruzar -me parece- dicho límite. Todo ello en beneficio de
ese lenguaje ágil y divertido que mencioné más arriba. También,
por cierto, los diálogos con sus compañeros de estudio, más adelantados que
ella, no dejan de ser interesantes, pues revelan esa pretendida superioridad
académica de quienes se sienten superiores a los demás sin más mérito que ir un
año más adelantados o poseer una autoimagen exageradamente mejor que la que se
han formado de los otros. Pero también ellos tienen sus cuitas y van asomándose
en la obra como puntos de inicio de otras historias aún no contadas. Notable,
sin duda, por lo novedoso del recurso, es una tabla comparativa que Rosaura hace para decidir cuál de sus varios amores (todos vigentes y
simultáneos) es mejor partido. El resultado es un fiasco, pero...¿quién no ha
comparado virtudes y defectos de amantes, pololos, cortejos o meras fantasías
relacionales? Yo he visto muchas tiradas en las aulas de clases o en cuadernos
olvidados, pero casi nadie las comparte...La novela muestra una con natural
desparpajo y nos arranca sonrisas y oscuros recuerdos.
La
crisis moral de Venezuela, el problema político del que todos hablan, no se
toca directamente en la novela, pero conforma el contexto social de la obra,
una lectura detenida revela cómo el tráfico de influencias, la delincuencia
desatada, la inestabilidad económica, y otras dificultades, son parte de diario
vivir de la gente y afectan a todos, menos, por cierto, a los
privilegiados.
En
definitiva, es una novela que bien vale la pena leer, lamentablemente, la
limitada edición mexicana no llegó a Chile, porque parece que ninguna editora
local representa al sello de la universidad que concede el premio, sin embargo,
es probable que algunos ejemplares aparezcan pronto por nuestro país, habrá que
estar atentos. Yo la leí en línea y pueden también hacerlo ustedes en el repositorio de la Universidad Autónoma del estado de
México
Para
estos días estivales, en casa, en la playa, el campo o en esos tediosos
trayectos de locomoción colectiva por la ciudad, recomiendo efusivamente esta
breve novela (apenas 120 páginas), porque a diferencia de lo que todos buscan,
las 3 B (buena, bonita y barata), yo propongo que la clasifiquemos como 3 D:
Divertida, Dinámica y Deslenguada.
Finalmente,
debo señalar, me rondan dos interrogantes: tras leerla creo que, al apoyarse
tanto en el diálogo, es una obra que fácilmente puede llevarse al teatro, casi
sin necesidad de adaptación ¿La veremos representada alguna vez? y, pareciera
ser que María del Carmen y Rosaura tienen muchos cotilleos más que contar
¿Volverán en otras narraciones?
Por
el momento...¡A leerla!
prof. Benedicto González Vargas
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