martes, 1 de febrero de 2022

Camino al ashram, de Benedicto González Vargas

 por Moisés Cárdenas


Mostrar las maravillas del alma mediante la poesía es un camino con la divinidad, para ello se requiere una lámpara que ilumine. Sentarse alrededor del fuego bajo una noche estrellada, contemplar la luz de una vela, llevar una antorcha en la mano, es una tarea maravillosa, porque la llama enciende el sendero. Por siglos, la humanidad ha recurrido al fuego como fuente de inspiración. En los mundos mágicos, cargar con una lámpara iluminando los caminos, irradia la luz frente a las sombras. De ahí que los poetas, buscan encontrarse mediante la luz.

Cuando recibí el libro Camino al Ashram, viajé por el camino de la contemplación y la meditación que el poeta recorre en su obra. No obstante, hay una preocupación por el mundo espiritual. La poesía es una exaltación del Ser, lugar donde se dejan los desvelos y los misterios; pero también se arroja el sufrimiento humano. De ella depende la salvación de las almas atormentadas para no ser devoradas por el fuego del más allá. El poeta como un profeta, es el mediador entre este mundo y el otro, aunque no sea comprendido. De ahí que invoque la palabra.

La poesía mística es el lugar donde surge el encuentro con Dios o el Ser Supremo, que enrosca el verbo sobre una piedra, sitio que habita la poesía para hablar por sí misma. Esto lo percibí cuando Benedicto González Vargas, dijo: 

Se crea el mundo a través

del poderío del verbo,

o se destruye una vida

si la luz de la conciencia

no concurre a decretar

el hechizo verbal.


Confieso que estos versos me dejaron meditativo, y estoy completamente seguro que el lector podrá disfrutar de los poemas al igual que yo los medité. Y digo que los medité, porque más que leer los poemas, busqué la lámpara que iluminara mi ser, y ahí encontré el templo del poeta. La meditación. Porque más allá de los aspectos estéticos, comprobé que la poesía es la existencia de la humanidad, sin ella no hay vida, sin vida no hay poesía.

El poeta labra la piedra, pule en ella la divinidad. La piedra posee los elementos de la tierra, y cuando nos topamos con alguna piedra en el camino, nos topamos con el verbo. En el proceso de lectura del libro Camino al Ashram, descubrí a un autor místico. Un ser reflexivo, meditativo por la palabra. En estos tiempos donde no hay espacio para la comunión o el encuentro cercano, ni mucho menos para la unión de alma a alma, Benedicto González Vargas, clama por la importancia de la palabra. La salvadora de la conciencia, la llamarada inmortal.

Alza tu mirada,

compañero,

traspasa con tu aguda vista

las ventanas del templo

y proyecta tu acción

en la forma de la vida.

El poeta nos alienta pero también nos invita a encontrar la luz. En este mundo de sombras y oscuridad, la poesía es el universo completo, incluso la poesía vive cercana a nuestro ser, lo que ocurre que nuestros ojos están ciegos y no queremos verla. Los poetas místicos son seres que hacen de la palabra, la luz de la vida. Ellos actúan como maestros en un mundo plagado de manchas.

No es tarea fácil escribir el prólogo de un libro, y cuando se trata de poesía, la palabra se esconde por un tiempo. Siempre he pensado que la poesía es sagrada, porque es fuego. Cuando terminé de leer este libro, sentí un placer inmenso de la tarea encomendada. Escribir este prólogo. Miré mis manos, leí y releí los poemas, y me pregunté: ¿Qué somos? Seres de carne y hueso que, caminanos hacia el templo.

Que sin duda es el poema el que nos haga meditar sobre nuestra existencia. 

El poeta lleva a cuestas la lámpara que guía su camino, la poesía en todo su ser. De ahí que debemos leer este libro para adentrarnos en su mente, pero también en su alma. La voz del poeta recorre junto con la luz, basándose en preguntas que lo sofocan para luego desprenderse de las dudas y llegar a la palabra justa y necesaria. Por lo tanto, te invito a leer este libro que tienes en tus manos, ábrelo con sumo cuidado, lee los versos si es posible en voz alta, estoy seguro que tu corazón latirá, y escuchará la voz del poeta.

Córdoba, Argentina, 30 de abril de 2021.

Para leer una versión PDF de este libro, pinche acá

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