La estupenda Inés Carbacho comentó en marzo recién pasado este libro,
y ahora que acabé de leerlo, me permito dejar mi propio comentario, no sin
antes agradecer a Inés haberlo presentado y recomendado.
Feminista impenitente, lo que se agradece, porque siempre pone
en el tapete nuevas miradas y perspectivas. Doris Lessing, ahora con La
Grieta nos propone un nuevo mito de la Creación, un nuevo Génesis,
donde las mujeres fueron muy anteriores a los hombres.
Así, al menos, lo descubre un investigador romano del año 0
que encuentra manuscritos ya muy antiguos para esa época donde se afirma que en
una remota era, muy anterior, solo había mujeres, que por misteriosas razones
engendraban solo mujeres, por eso fue un caos cuando empezaron a nacer hombres.
El descubrimiento de esta historia, lleva a nuestro erudito
romano a reflexionar respecto de cómo se construyen los mitos, cómo se fijan
las tradiciones orales y cómo pueden coexistir (aunque con distintos grados de
influencia y validez), versiones muy diferentes de cada hecho.
No parece razonable esta historia donde se afirma que había
solo mujeres y que estas mujeres eran estables, firmes responsables, y que los
hombres son todo lo contrario. Tampoco parece razonable la afirmación del
romano al decir que Artemisa será eterna y que no habrá nunca dioses mayores
que ocupen su lugar. Por cierto que si tomamos estas afirmaciones como una
clara ironía (muy propia de la autora), caeremos en la cuenta, terrible o no,
que el mundo tal cual lo conocemos, con todas sus importancias y nimiedades,
será también efímero y pasajero. ¡Y ahí sí adquieren contexto e importancias
estas cavilaciones!
También se ha criticado, como casi siempre, que en esta
historia las reflexiones y la postura personal de Lessing es más importante que
la trama y se ve en ello un error, una falta literaria, incluso un escándalo, o
como lo señaló una distinguida crítica literaria argentina, al referirse a que,
aparentemente, en esta historia se pone el poder y el futuro del mundo solo en
manos occidentales, "eso es inverosímil tanto literaria, como
políticamente".
Otro punto es el lenguaje. Se dice que la traductora que debía
originalmente verter esta obra al español, se negó a terminarla. Otra versión
señala que esa actitud la adoptó la correctora. Se dice que es obscena. De
hecho, llamar a las mujeres como grieta (en una clara alusión vaginal) y a los
varones chiquitajo (otra alusión de las suyas), no es muy común. ¡Pero estamos
hablando de Doris Lessing y no debiera extrañarnos! De hecho, de no haber algo
así de contestatario, me habría sentido defraudado.
En definitiva, no estoy de acuerdo con esas críticas que
escapan al análisis de la obra. Esto es literatura y, por ende, ficción siempre
(y también siempre un espacio propicio para sorprender). Es literatura que
aporta los puntos de vista de la autora, su estilo y sus herramientas
literarias, su personalidad narrativa y ello se agradece.
La Grieta es una novela
interesante, distinta, extraña tal vez. Pero es una oportunidad para mirar la
historia con otros ojos y para buscar esas otras versiones perdidas de la
historiografia que, por cierto, tienen también un co-relato en nuestra propia
biografía.
prof. Benedicto González
Vargas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Estimado visitante, gracias por detenerte a leer y comentar, en cuanto pueda leeré tu comentario y te responderé.