Hace poco me referí a los audio-libros en un artículo donde reproduzco una publicación de la periodista Pamela Carrasco. Ahora me encuentro con el sitio Cultura a la mano, que nos promete el fin de la febril actividad de hojear rápidamente una guía impresa mientras miramos un edificio o lugar público interesante de una ciudad que estamos conociendo. Ahora, estas guías descargables en formato MP3 nos permiten escuchar sin mayores prisas las explicaciones sobre un determinado monumento mientras lo estamos viendo. Por cierto que pueden también imprimirse, pues la descarga incluye el formato PDF. Como puede apreciarse, el retroceso de los libros en papel es cada vez más evidente, porque las funcionalidades de los formatos digitales son muchas más y, en muchos casos, son más baratos.
Una audioguía vale apenas unos 5,5 euros, mucho menos que las costosas y a veces voluminosas guías de las ciudades. Por el momento, es posible descargarlas del sitio en comento en danés, inglés, alemán y español y es probable que pronto se agreguen otros idiomas de gran cantidad de hablantes como el francés, por ejemplo. Lo interesante de esto, es comprobar cómo los formatos tecnológicos van ganando espacios frente al papel.
Para los nostálgicos que resisten este cambio, sería bueno recordar que los libros no siempre fueron de papel: Los más antiguos que conocemos con historias literarias, leyes, leyendas, textos religiosos, etc., fueron verdaderos ladrillos de arcilla cocida en la antigua Súmero-Acadia (antecesora de Babilonia). Los romanos usaron libros de cera, en Isla de Pascua, se usó la madera. El papiro, el pergamino y el papel son tres soportes distintos, más o menos similares en apariencia, pero distintos en su confección.
El caso más extremo, tal vez, sea el del profeta Muhammad (Mahoma), quien escribió el Corán en omóplatos de carnero. Así que habrá que acostumbrarse a estos cambios y pienso que un docente de geografía, inteligente y creativo, podría hacer un muy buen uso de estas audioguías.
prof. Benedicto González Vargas
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