lunes, 18 de abril de 2011

La granja de los animales, de George Orwell

En los últimos días, a propósito de la lectura escolar que hicimos con un II Medio,  releí este estupendo libro de George Orwell, que nos habla sobre el poder y la lucha por conquistarlo, detentarlo y retenerlo.


Novela extraordinaria, con guiños a la sátira, la fábula, la Historia, la Economía y la Política, refleja con claridad las ideas del autor respecto de cómo se conducen los individuos en las sociedades en su lucha por acaparar bienes y privilegios, aunque ello obligue a menospreciar o maltratar a los semejantes. Como recordarán, el señor Jones tenía una granja en la que los animales no estaban contentos con el trato recibido  y empiezan a pensar en una rebelión inducida  por los cerdos, los animales más inteligentes de la Granja Señorial. Una noche en que los animales no recibieron su comida, debido a la borrachera de Jones y la desidia de sus trabajadores,  se levantaron en armas echando a los hombres y adueñándose de la granja; poco tiempo después, Jones y los suyos intentan recuperarla, pero sin éxito.

Los cerdos dirigentes crearon una serie de mandamientos, los cuales eran absolutamente inviolables y aseguraban la igualdad entre todos los animales. La revolución -aparentemente-había sido un éxito y tenían planes de futuro: aprender a leer, estudiar, construir obras públicas, como un molino diseñado por Bola de Nieve, cerdo brillante que buscaba el éxito de la granja, pero enemigo de Napoleón, el otro cerdo dirigente, más orientado a satisfacer sus propias necesidades por encima de las colectivas. Así las cosas, Napoleón se adueñó él solo de la granja y, con la ayuda de sus perros, consiguió expulsar a Bola de Nieve, difundiendo luego mentiras sobre este último y tratándolo de traidor. Con el tiempo,  los cerdos iban consiguiendo mayor respeto dentro de la granja, hicieron correr el rumor de que había muchos enemigos internos y externos y que sólo ellos podían defender los logros alcanzados, fueron convirtiéndose en una élite. Obviamente, empezó a ocurrir que los cerdos desobedecían cada vez más los mandamientos en los que se basaba su sociedad y vivían mejor que los demás poniendo la excusa de que ellos debían cuidarse para poder hacer un buen gobierno y cuidar de los intentos malvados de los vecinos humanos de atacar la granja. Los animales, nunca llegan a percatarse de que  la revolución ha fracasado, ya no viven mejor que antes, los cerdos cada vez desean prevalecer en un nivel superior llevados por la codicia y el egoísmo, incluso, hacia el final de la obra, se alían con los humanos y adoptan sus mismas costumbres y vicios.

La novela, una sátira de los regímenes comunistas de Europa Oriental, es no solo de fácil y entretenida lectura (aunque requiere, para su comprensión cabal, saber de Historia general, especialmente la Revolución rusa, la II Guerra Mundial y el régimen soviético), sino que también es una buena manera de hablar de democracia, sociedad, gobierno, derechos humanos y otros valores cívicos siempre necesarios de actualizar, especialmente en los ambientes escolares.

Para bajar versión electrónica de este libro, pinche acá

prof. Benedicto González Vargas

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