Según
lo publicado recientemente por el Diario La Tercera, en Chile hay algo más de
siete mil directores de escuela, pero por diversas razones derivadas de los
problemas administrativos de nuestro sistema escolar, no tienen ni las
atribuciones ni mucho menos el sueldo de otros profesionales con funciones
jerárquicas similares, como jefes o directores de servicios intermedios, por
ejemplo o gerentes sectoriales del mundo privado. La mayoría de nuestros
directores no pueden tomar decisiones sobre sus subordinados -los docentes-, ni
sobre los presupuestos financieros. En el sistema municipal chileno obtienen un
sueldo apenas un 10 % más que un docente con experiencia que trabaja 44 horas a
la semana. Con sueldos que no superan los 700 mil pesos -y los 800 mil en
colegios subvencionados-, incluso pueden estar peor pagados que un docente que
recibe bonificación extra por su excelencia. Casi todos los estudios
internacionales y nacionales han demostrado que el rendimiento de los alumnos
está íntimamente ligado a las capacidades directivas y de liderazgo académico
de los directores, por eso es que elevar su nivel sea uno de los puntos de la
agenda del movimiento Educación 2020, que incluye otras 13 propuestas de
"agenda corta". que están siendo estudiadas con detención por el
Ministerio de Educación.
LA PROPUESTA DE EDUCACIÓN 2020
Los planteamientos del
movimiento recogen lo que ya han dicho otras instancias: se necesita capacitar
y certificar la calidad de los directivos. ¿Cómo? Mediante un plan de formación
que incluya aspectos administrativos, pedagógicos y de liderazgo. "En esta materia la inversión se justifica
con creces, porque tiene una alta rentabilidad y es más rápida",
señala Mario Waissbluth, líder de Educación 2020. Según ellos, capacitar y
certificar a tres mil directores -a cargo del 80% de la matrícula- cuesta 11
millones de dólares: seis el primer año y cinco el segundo. Esto es unos dos
millones de pesos por cada uno, y un 0,2% de lo que se paga en subvenciones
cada año a las escuelas y es 18 veces menor al costo de capacitar a casi 160
mil profesores.
El respaldo de los estudios es evidente: una investigación
norteamericana siguió por 30 años a 2.894 colegios y demostró que en escuelas
con iguales características, la que tenía un director líder aumentaba el nivel
de logro de sus estudiantes en 10 percentiles. A conclusiones similares han
llegado estudios realizados en escuelas vulnerables chilenas. "Hemos
aprendido que en los sectores más pobres es mucho más importante que el
director acompañe a los profesores y el impacto es mayor", dice Mario
Uribe, de Fundación Chile.
QUIÉNES SON
En el sector municipal, los directores
tienen 30 años de servicio y 55,9 años de edad en promedio y en el sector
subvencionado, 20 años de servicio y 49,3 años. Aunque se supone que no quedan
directores vitalicios, porque en 2008 se terminó por ley con ellos, no existen
cifras oficiales al respecto. Ello debido a que los municipios no siempre
tienen recursos para cumplir con la ley: ésta señala que si los vitalicios
pierden el concurso para ocupar su puesto, deben volver al cargo que tenían
antes de ser directores y los municipios evitan pagar dos sueldos. Lo que
piensan sobre su trabajo quedó reflejado en una encuesta de la Universidad
Central. El 96% cree que su gestión no incide los resultados de la escuela.
Para llevar a cabo los cambios se barajan varias alternativas. Una es la
creación de una institución que forme directivos, un símil chileno de la
Universidad Nacional para Líderes Escolares que existe en Inglaterra. El paso
siguiente es la certificación de sus competencias a nivel nacional, lo que
debería estar a cargo de un organismo independiente que señale que un
profesional tiene las cualidades para dirigir una escuela. Al llegar a la
escuela, debiera operar otro cambio: el directivo necesita mayores atribuciones
para decidir sobre aspectos monetarios y sobre las necesidades educativas de la
escuela. Pero eso no sería nada sin una mejora salarial. La propuesta es que un
buen director debiera ganar entre un 40% y un 100% más que un buen profesor, lo
que elevaría los salarios por sobre el millón de pesos al mes. Para esto se
necesitan 61 millones de dólares extras en el presupuesto. Menos que los 1.500
millones de dólares que se necesitarían para subir el sueldo de todos los
docentes.
Sin lugar a dudas es una propuesta muy interesante que el Ministerio
de Educación debiera acoger.
prof. Benedicto González
Vargas
(Gracias por pinchar la publicidad adherida a este blog)
David, dice:
ResponderEliminar29 abril 2009
Parte I
EVALUACIÓN DE LOS DIRECTORES (AS) Se ha logrado una creciente inversión de recursos públicos en educación, implementar una reforma educacional y un programa de mejoramiento de la profesión docente, la extensión de la jornada escolar,más los nuevos equipamientos de todo tipo, tales como en infraestructura, bibliotecas, textos escolares y ayudas estudiantiles, y de condiciones técnicas de mejoramiento, se agrega ahora la implementaciones de las evaluaciones en todo el sistema educativo. Comparto la evaluación de todos los actores que influyen el proceso educativo y esta práctica conlleva a fortalecer una cultura evaluativa en los colegios, como producto de la evaluación se podrá contar con mayor cantidad de antecedentes confiables, que permitan la toma de decisiones respecto de la implementación de planes de ajustes de la calidad en todas las dimensiones de la gestión académica, gestión administrativa, gestión de los recursos humanos, gestión de los recursos de apoyo pedagógicos, gestión financiera, gestión de la convivencia escolar.
David, dice:
ResponderEliminar29 abril 2009
Parte II
La preocupación por el aseguramiento de la calidad de la educación, abre oportunidades de participación democrática en un área en donde antes no se podía intervenir y el hecho que existan mecanismos técnicos para hacerlo, obliga al sistema educativo en su conjunto a dotar de recursos y de disposiciones técnicas administrativas que los Directores(as) deben tener, ya que no se podría evaluar algo sobre el cual el profesional no tiene ingerencia y que en la actualidad son muchas en los colegios municipalizados, tales como. No tienen facultades delegadas. No pueden tener control sobre el personal, ya que tiene serias dificultades legales para hacerlo, además esto pasa por una atribución del Sostenedor. Alcalde.(esa) No tiene control, ni participación en la gestión financiera. En estas circuntacias como en otras operan criterios ideológicos, los que influiran en la evaluación, lo que provocará serias distorciones. No obstante, es necesario destacar que se hace camino al andar y con la evaluación Directiva sensibilizará la construcción de una cultura evaluativa que involucrará más participación, más compromisos, más organización colectiva y más trabajo en equipo, debe agregarse que la ley Nº 20.129, de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior, ha establecido ya una institucionalidad destinada a velar por la calidad de la educación, en este ámbito la Comisión Nacional de Acreditación, y nuevos instrumentos de evaluación convergentes al mismo propósito de mejoramiento. Este nuevo escenario termina con el supuesto el que nada hace nada teme, eslogan hecho realidad por muchos directivos en Chile, en donde el único indicador de calificación era la antigüedad, por lo tanto para que arriesgar una carrera que nunca se verá truncada, para que innovar o hacer algo distinto en donde cualquier error podría costarle la estabilidad que se había ganado por decreto institucional. La nueva etapa es de mayor complejidad, porque debe hacerse cargo de brechas significativas en la calidad de los aprendizajes de nuestros alumnos. Esta depende de condiciones socio económico, cultural y territorial, lo que requiere de nuevos instrumentos de evaluación, tanto para los directivos como para instituciones, sostenedores y Ministerio de Educación. La Ley de Educación deroga la LOCE, Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza, dictada en 1990, y sustituye sus disposiciones en materia de educación regular e implementa un sistema nacional de evaluación de logros de aprendizaje y se hace responsable de contar con instrumentos válidos y confiables para dichas evaluaciones y organiza mejor el sistema de educación parvularia, básica y media, para contribuir a la elevación o mejoramiento de la calidad del servicio que prestan los establecimientos reconocidos oficialmente en dichos niveles, y a asegurar la equidad en la prestación de dicho servicio. Esperamos mejorar con los cambios, pero con personas distintas, no serán los evaluadores, personas del Ministerio de Eduación que por años hicieron las cosas mal)
prof. Benedicto González Vargas, dice:
Eliminar30 abril 2009
Estimado David Agradezco en lo que vale tu interesante y documentado comentario. Tienes razón, no podemos evaluar al personal directivo de las instituciones municipalizadas por aquello que no está bajo su competencia actual, porque lo hace la Corporación o el DAE, incluso algunos directivos de particulares subvencionados tampoco, porque corresponde a los ámbitos casi exclusivos del sostenedor, pero sí podemos evaluarlos en aquellos liderazgos académicos que están bajo su competencia en saberes necesarios para su gestión. Por otra parte, concuerdo contigo también es que la nueva ley está llamada a mejorar las cosas, pero no creo que pase nada si no logramos un cambio de cultura, una ampliación de consciencia respecto de la necesidad de cambiar para mejor, haciendo el trabajo con calidad cualquiera sea nuestra labor en el ámbito educativo. Por eso conversaciones como esta tienen sentido, porque van formando masa crítica. Un abrazo afectuoso, Benedicto