Soy docente desde hace 24 años y he visto muchos cambios pasar frente a mis ojos. Algunos quedaron, otros pasaron...Actualmente, la mayor preocupación en el ámbito de la Educación es la calidad. Desde las autoridades ministeriales hasta los propios estudiantes. Desde la UNESCO a los padres. Todos hablamos de calidad, pero no logramos ponernos de acuerdo en lo que buscamos ni tampoco en qué entendemos por ella.Pero está bien que nos ocupemos de la calidad, porque de ella depende la formación de nuestros niños y jóvenes y, consecuente con ello, depende la calidad de nuestra sociedad futura.
Desde las aulas universitarias y la investigación académica se ofrecen nuevos modelos pedagógicos, algunos muy de avanzada que buscan convertirse en herramientas útiles para enfrentar este mundo cambiante, hipervinculado, tecnologizado y globalizado. Pero no debemos olvidar que, precisamente en estos tiempos, ningún modelo puede dejar fuera las enseñanzas necesarias para formar en áreas como la Paz, la Felicidad, la Diversidad, el Emprendimiento, las Nuevas Tecnologías y el Manejo de Información. En mi opinión estos "saberes" son cruciales para enfrentar los tiempos en que vivimos.
Algunos querrán seguir los modelos de Finlandia, Corea del Sur o Singapur, países que han dado un salto cualitativo a partir de sus propias búsquedas y reflexiones, no siempre exportables si no se hace primero un cambio verdadero que descerraje y remueva conceptos anquilosados y ya superados. El respeto entre todos los miembros de la comunidad educativa es fundamental y la calidad debe transitar no solo en los contenidos académicos, sino que también en los valores y ejemplos que se entregan, así como en una mayor valoración del cuerpo docente.
Las Nuevas Tecnologías, el Manejo de Información y la enseñanza del Inglés, deben ir ganando cada vez más espacio, sin olvidar ni dejar de lado, el Lenguaje -menos ahora que estamos en la Sociedad de la Información-, las Matemáticas y la formación ciudadana. Tampoco las artes y los deportes. Sobre las otras disciplinas, todas ellas necesarias, se requiere una mirada focalizada que entregue a los estudiantes que lo requieran mayores herramientas en esas disciplinas, sin dejar de entregar una mirada general de ellas a todos los niños y jóvenes.
La infraestructura ha avanzad mucho, pero las clases siguen siendo frontales, reiterativas y muchas veces centradas en el magister dicit. Hay que cambiarlo, hay que avanzar de verdad.
Hoy en día, docentes, padres y apoderados y expertos en Educación buscan los caminos adecuados para alcanzar los tan anhelados estándares de calidad. Las miradas pedagógicas demasiado cerradas en la añoranza del pasado o demasiado exageradas en la importancia de los elementos tecnológico audiovisuales, no llegarán a encontrarse nunca si no se esfuerzan. ¡Qué pena que aún subsistan miradas ideológicas que tiene más de aprovechamiento político que verdadera reflexión pedagógica.
La disciplina es otro punto que debe relevarse. Un equivocado énfasis en los derechos, tiende a olvidar los deberes. También eso nos ocurre.
Pero ahí estamos bregando, haciendo cada día lo mejor por los niños y jóvenes que estamos educando. En la medida en que este carro lo dirijamos todos hacia un mismo lugar, que no es otro que el aprendizaje y éxito de nuestros estudiantes, estaremos marchando juntos en el camino correcto.
prof. Benedicto González Vargas
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