miércoles, 28 de octubre de 2009

Igualdad y equidad en la Educación, se debe y se puede hacer, pero...¿Cuándo nos hacemos cargo de las diferencias de entrada?

Si leemos la Declaración Mundial de Educación para Todos (Tailandia, 1990) y leemos con atención las propuestas presidenciales desde 1989 a la fecha, siempre se habla de garantizar una educación de calidad para todos. No obstante, al menos en Chile,  los porfiados resultados insisten en mostrar una brecha entre sectores ricos y pobres que, lejos de cerrarse, tiende a abrirse de manera escandalosa. 

Fue en 1962 cuando John Carroll expuso un modelo didáctico en que se reconocía las diferencias en los ritmos de aprendizajes. Howard Gardner, por su parte, en 1983 fue mucho más lejos con su teoría de las inteligencias múltiples. Pero más allá de la diferencia de inteligencias o ritmos para estudiar, hay una diferencia impresionante en la calidad de lo que llamamos educación informal (1) entre jóvenes de niveles socioeconómicos altos y bajos. 

En efecto, se afirma que un niño que pertenece al grupo socieconómico más deprimido en nuestra sociedad, cuando se encuentra en primero básico, conoce y usa unas 500 palabras. A la misma edad, un niño de los sectores más acomodados usa y conoce unas 4000 palabras. La diferencia es abismante y ya que el vocabulario marca los límites del conocimiento, es indudable que esta diferencia odiosa debe ser eliminada con prontitud. Por eso concuerdo que educar a niños de sectores sociales de menores recursos es mucho más caro que educar a niños con mejor calidad de vida y por eso la subvención escolar debe ser diferenciada, no castigando a quienes más tienen y saben, quitándole recursos, sino que duplicando o triplicando a quienes lo requieren más. 

Pero eso tampoco servirá nada si no se realizan con esos recursos (hoy inexistentes) programas de intervención directa, con tutorías especiales en extensión horaria (como en el caso de Japón), con mejores textos de estudio (los actuales abundan en errores), con modelos de enseñanza que rompan con las metodologías tradicionales que lo único que hacen es ensanchar la brecha antes descrita de manera permanente por el resto de la educación escolar. Lo primero, por lo tanto, es reconocer que esas diferencias existen y luego, idear métodos concretos para derrotar esa diferencia de entrada que tanto daño causa a la calidad de la educación que reciben nuestros niños.  

prof. Benedicto González Vargas  

Nota: (1) Se llama educación informal a  todo aquel aprendiazaje que los niños obtienen fuera de la escuela. Tiene que ver con los hábitos culturales de la familia con el acceso adecuado a medios de información y conocimiento. A la calidad de las experiencias formativas en el seno de la familia y su entorno próximo, incluso a la calidad de la distracción y juegos.

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