Luego de largas discusiones, opiniones encontradas,
resistencias con variada gama de argumentos y el incómodo lastre de decenas
(cuando no centenas) de años con una educación de carácter academicista y
libresca, poco a poco ha ido abriéndose paso entre los docentes la idea de una
Educación basada en Proyectos. Las razones, seguramente, pasan por el hecho de
que este método de apariencia compleja, pero de práctica sencilla y resultados
sorprendentes ha demostrado, cuando se ejecuta adecuadamente, satisfacer las
necesidades de docentes y alumnos. Ello es posible gracias a la alta
significación que se alcanza con este sistema, debido a que aprovecha los
conocimientos y experiencias previas de los jóvenes al producir el aprendizaje
a través -preciamente- de experiencias de ocurrencia cotidiana y por ello de alto interés.
Un
objetivo anexo al meramente programático de la actividad y no menor, lo
constituye el hecho de que este tipo de educación aporta habilidades necesarias
para desenvolverse en la vida diaria, tanto en las vinculaciones del individuo
con su entorno (recíprocamente, cómo ve y cómo es visto), como en la formación
del pensamiento sobre el mundo. Plantear un problema y buscar vías expeditas de
solución para éste, es un aprendizaje de una potencia extraordinaria que ya
aparece en los postulados de Piaget en la década del 60. Sin embargo, en los
últimos años, con el advenimiento de las tics, se ha posibilitado que este
método tenga un impulso definitivo y haya demostrado en la práctica altos
índices de efectividad pedagógica.
Pero, qué se hace, cómo se enfrenta, cómo se
planifica? De partida se requiere potenciar en los estudiantes las siguientes
cuatro habilidades básicas:
1. Comprender el problema. (Reconocer aquello que,
en lenguaje de Fernando Flores, es una anomalía)
2. Proyectar un plan. (Como
dar respuesta a ese problema)
3. Ejecutar el plan. (Desarrollar el resultado de
la respuesta)
4. Mirar hacia atrás. (Verificar. Evaluar. Aprender de esa
mirada).
Es muy importante que los profesores planifiquen actividades y
proyectos de aula diseñados de acuerdo a esta metodología. Los problemas a los
cuales se refieren tales proyectos, así como el tipo de utilización que en
ellos se hace de los recursos y las herramientas de las TIC, están relacionados
con los lineamientos curriculares de distintas materias y grados escolares. Por
ejemplo, sería perfectamente posible que los estudiantes unificaran una serie
de conceptos científicos, generalmente dispersos o entendidos desde la
fragmentación de los distintos sectores de aprendizaje, a través de una especie
de Diccionario Científico Colaborativo, generado a partir de la sencilla, pero
eficiente herramienta que es el wiki. Pienso que esta experiencia puede
aplicarse desde el segundo ciclo básico y, con un poco de ayuda y esfuerzo,
incluso desde el 4º Básico.
Otra ventaja indesmentible de trabajar con
proyectos es que permite generar en los estudiantes crecientes dosis de
autonomía focalizada en su propia formación escolar y esos aprendizajes (reconocimiento
de problemas, creatividad e innovación en la búsqueda de soluciones, orden,
planificación y colaboratividad en los planteamientos del proyecto, así como la
autonomía de la ejecución) son aprendizajes significativos de primerísimo orden
cuyas raíces serán tan fuertes que han de resistir incólumes el paso de los
años y permitirá a nuestros jóvenes y niños plantearse y resolver problemas con
cada vez más crecientes grados de complejidad. Incluso si pensamos en ciertos
problemas de difícil solución en donde los estudiantes no logren quedar
satisfechos con el resultado de sus afanes, producto de la alta dificultad del
proyecto emprendido, siempre será posible pesquisar problemas menos complejos
que sí puedan resolverse y cuya solución podría ser la base de la adquisición
de los procesos necesarios para resolver aquellos otros más difíciles.
Finalmente, no es posible cerrar estas reflexiones (ni muy originales, ni muy
profundas, pero al menos sí muy sinceras) sin señalar, en forma majadera y por
enésima vez, que los medios informáticos son solo herramientas, potentes,
extraordinarias y cada vez más alcance de las personas, entretenidas (llenas de "juguetes") pero única y simplemente herramientas que si no hay alguien que las
sepa usar en beneficio, en nuestro caso de la educación de los niños, por sí
solas no harán nada útil. Por eso la insistencia respecto de la planificación
cuidada, la metodología pertinente y la evaluación adecuada que son
insustituibles en cualquier trabajo en que busquemos, a través de las tics, dar
dos pasos al frente en el aprendizaje por proyectos.
prof. Benedicto González Vargas
Miembro de Atinachile
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