Leo un artículo de Juan Enrique Negri (*), donde el autor hace una
precisa distinción que me parece interesante comentar, dice el texto en
cuestión: "educar para el emprendimiento puede parecer un concepto equivalente a enseñar emprendimiento. Sin embargo, ambos tienen significados diferentes y una amplitud conceptual más distinta aún.
Mientras el primero busca desarrollar, diseñar y aplicar recursos para el aprendizaje que fomenten el Espíritu Emprendedor entre los jóvenes, académicos, profesores,
investigadores, empresarios, ejecutivos y personas en general.
No sólo estoy de acuerdo con esta distinción, sino que me parece
relevante hacerla presente y entender que ambas se complementan y
corresponden a dos momentos distintos y necesarios de cualquier proceso
de implementación de una educación para el emprendimiento que pretenda
impactar significativamente en la formación de capital humano calificado
para emprender.
En efecto, en nuestro Colegio Alexander Fleming,
hemos centrado el foco en impulsar actividades que potencien la
autonomía de nuestros estudiantes, desarrollando con ello habilidades y
competencias en las áreas de la investigación, las comunicaciones, las
tecnologías digitales y el trabajo colaborativo. Desde ese punto
de vista, nuestro Proyecto Educativo tiende a potenciar las actividades
que permitan desarrollar las habilidades mencionadas, generando
procesos educativos interactivos y significativos que posibilitan una nueva
mirada a las formas de enseñar y de aprender.
Sin embargo, una vez afianzada esa mirada pedagógica, tanto desde la
perspectiva de los docentes, como de los estudiantes y sus familias, es
necesario dar algunos pasos más y avanzar en contenidos directamente
relacionados al segundo aspecto, vale decir, a transferir conocimientos
relacionados con la forma de emprender.
De allí que iniciativas como el juego El Plan,
por ejemplo, de un alto valor pedagógico y metodológico que permite
efectuar la transferencia antes mencionada desde la perspectiva y
narrativa de un juego
de roles, otorgándole un entorno lúdico a contenidos que pueden
resultar muy áridos vistos de otra manera.
Así las cosas, tenemos la intención y la pretensión de que nuestros
estudiantes tengan una mirada emprendedora, que busquen e identifiquen
las oportunidades para efectuar una innovación significativa y sean
capaces de elaborar las estrategias necesarias para alcanzar el
objetivo.
Creo, sinceramente, que ya debiéramos avanzar en esa etapa, como una
forma de ir consolidando el desarrollo de habilidades y competencias que
hemos implementado a partir de la puesta en marcha de nuestro actual
Proyecto Educativo Institucional.
Nota: (*) NEGRI, Juan Enrique: Educación ejecutiva para el Emprendimiento, en Revista Momento Cero, julio-agosto de 2009. página 18.
prof. Benedicto González Vargas
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