viernes, 12 de junio de 2009

Las Tics y la calidad de la educación



Cada día nos percatamos más cómo la tecnología ha ido facilitando la vida de las personas y cómo hoy es posible encontrarla prácticamente en todas las actividades humanas. Las llamadas tics, por lo tanto, aparacen a cada instante dando pie a una fuerte controversia relativa a su mayor o menor uso en Educación, que es el tema central de nuestro blog. Así las cosas, luego de más de un lustro de uso permanente de nuevas tecnologías como complemento de mis clases, me parece necesario verbalizar algunos criterios que han presidido mi propia aproximación a este fenómeno que, en lo personal, ha cambiado radicalmente mi manera de ver, sentir y ejercer la profesión docente. Para algunos, entre los cuales no me incluyo, la discusión se ha centrado en comprobar si "existe una correlación importante entre el uso de las tics y el mejoramiento de la calidad de la educación" (1), ello equivale a otorgarle una importancia desmedida en relación con los planes de estudio, el currículo, las metodologías y, por cierto, la actividad docente reflexiva y planificada. No podemos perder de vista que las herramientas tecnológicas sólo son eso: herramientas, y su buen uso depende de la pericia de quien las utiliza. Pretender que ellas hagan el cambio pedagógico que posibilite la mejora en la calidad de la educación es un despropósito superlativo. 


Las tics, como todas las herramientas, prestan servicios de mayor o menor calidad de acuerdo al uso que les damos y en ello la responsabilidad mayor sigue pasando por el profesionalismo de los docentes. Indudablemente, desde el entusiasmo en que esta tribuna ha defendido el uso de las tecnologías en el aula, no puedo menos que señalar el enorme aporte que prestan a la educación, el despliegue de posibilidades informativas como nunca antes tuvieron estudiantes y profesores, la posibilidad de socializar los conocimientos y de mejorar procesos engorrosos o simplemente imposibles sin su presencia. Pero no podemos olvidar que el mayor uso de ellas no es directamente proporcional a un mejoramiento de la calidad de la enseñanza que entregamos, si no tenemos una clase estructurada, planificada, significativa y pertinente (ya vimos hace poco en este blog casos de mal uso del power point, por ejemplo (2). Por eso soy de los que piensan que la calidad de la educación se juega en la clase, porque es allí donde se produce en la práctica el encuentro entre docente y profesor, entre las estrategias didácticas y metodológicas que el primero despliega y las capacidades, talentos e intereses del segundo. Es en la clase y en su posterior práctica reflexiva sobre ella, donde el docente va cimentando el impacto que puede generar en sus estudiantes y donde va, en definitiva, permitiendo que las capacidades y habilidades que está desarrollando en sus alumnos hagan la diferencia de calidad de la que tanto se habla. 

En el vídeo Tecnología o Metodología se refleja claramente cómo la mejor tecnología de punta no es capaz de hacer la diferencia si un docente no la pone en práctica. En definitiva, no debemos confundirnos, la Tecnología digital es fundamental para desarrollar las capacidades y talentos de nuestros estudiantes del Siglo XXI, pero no alcanza para llenar los vaciós de calidad de nuestra educación, ello sólo será posible con el concurso de profesores que se la jueguen por ser mejores.  

prof. Benedicto González Vargas 

Notas: 

(1) GENT, Kenneth: Revista Momento 0, junio de 2008. 
(2) Ver artículos: Power Point: ¿responsable de clases aburridas? y ¿Durmiendo con el power point?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Estimado visitante, gracias por detenerte a leer y comentar, en cuanto pueda leeré tu comentario y te responderé.